El craneo de Starchild


Hace unos 65 años, en una cueva de un poblado rural ubicado a unos 150 km. al sur del estado mexicano de Chihuahua, una adolescente encontró dos esqueletos completos, uno muy extraño y de pequeño tamaño y otro de estatura y aspecto normal. La joven guardó éstos cráneos durante toda su vida y, tras su muerte, fueron entregados a un matrimonio norteamericano, para finalmente, pasar a manos de los investigadores paranormales norteamericanos Lloyd Pye y Mark Bean, quienes con la colaboración de empresas especializadas en genética como Trace Genetics CA USA, Instituto Royal Holloway de Londrés, además, el apoyo de gentista como Dr. Kem Paid junto a varios especialista en quimica, Neurociencia y CraneoFisiología han llegado a determinar que existe una probabilidd cercana al 90 por ciento que el craneo extraño sería de un ser hibrido de madre Humana y el padre de una raza no conocida extraterrestre.


El proyecto starchild
El fenómeno ha despertado semejante interés científico que actualmente, el proyecto Starchild Proyect, cuenta con prestigiosos investigadores de todo el mundo, con el único objetivo de dar respuesta a éste increible misterio. El director del equipo de investigadores, Lloyd Pye, afirma que, la existencia de seres extraterrestres en nuestro planeta podría quedar demostrada gracias a éste extraordinario descubrimiento.

Los científicos explican que en las imágenes se puede obtener la siguiente información: Uno es totalmente normal y perteneció a una mujer joven, de entre 20 y 30 años, en cambio, el otro el craneo StarChild se le atribuyó a un niño de cinco años, muestra una serie de alteraciones que no parecen propias de un ser humano.

La leyenda del niño de las estrellas
En cuanto al origen hibirdo de este niño, los indígenas que habitan la zona donde se encontraron los cráneos cuentan una antigua leyenda sobre los niños de las estrellas. Según estos relatos, que se remontan como mínimo a dos siglos atrás, unos seres procedentes de las estrellas, es decir, extraterrestres dejaron embarazadas a varias mujeres que vivían en las aldeas más aisladas de la región. Después de dar a luz a estos niños de las estrellas, los criaban durante varios años, hasta que sus padres regresaban del cielo para realizar un fenomeno de abduccion, en ovnis y llevárselos.


EL CRANEO DE STARCHILD TIENE ADN EXTRATERRESTRE



Parece que se ha demostrado científicamente a través de una prueba de ADN que lleva esperando más de 10 años, de que el cráneo del StarChild tiene un ADN que no es completamente terrestre, eso significa que tiene ADN extra-terrestre.

Este tema os podria “cambiar el paradigma” de que no estamos solos en ni en la Tierra ni en la Galaxia.

Definitivamente demostrada gracias a extraordinarios descubrimientos que hace tiempo se hicieron públicos. Se trata de un cráneo con una muy alta probabilidad de pertenecer a seres Extraterrestres.

En 2003 no hubo un análisis de ADN que utiliza el hombre sólo cebadores para recuperar el ADN mitocondrial del Starchild, el ADN fuera del núcleo, que viene de la madre y su línea genética. Eso significaba que su madre era humana. Pero no pudimos recuperar su ADN nuclear, que viene de la madre y el padre, lo que significó su padre no era un humano.

Desafortunadamente, con la tecnología de recuperación de 2003 no podría ser lo que era, que nos dejó en el limbo científico. “Ningún resultado” de la búsqueda del ADN nuclear significaba claramente que el papá no era humano, pero no hemos podido demostrarlo al 100% .

Ahora, en 2010, ha habido muchas mejoras en el proceso de recuperación, y esas mejoras se han aplicado en el cráneo Starchild, con el resultado sorprendente que ves a continuación. Esta es una hoja de gel que muestra una clara recuperación de su ADN nuclear, que no se podía hacer en 2003.



Los siguientes dos capturas de pantalla se toman de la base de datos genéticos nacionales en el Instituto Nacional de Salud, NIH. Esa base de datos de acceso público es un repositorio centralizado de toda la información genética generada por los genetistas de todo el mundo, y ahora abarca prácticamente todos los organismos vivos en la Tierra, de diversos tipos de virus y bacterias, a diversos tipos de crustáceos y peces, a todos los tipos de animales y plantas, incluidos los grandes simios y los seres humanos.

Para muchas especies, incluyendo las secuencias de los humanos secuencias, ya hay nucleótidos que abarca genomas completos. Por lo tanto, las secuencias de ADN de la Starchild puede ser comparado directamente en contra de esta amplia base de datos para buscar cualquier coincidencias.

En una comparación, a continuación, puede ver el texto debajo de la línea azul en la parte inferior (si puede leer, lo siento es tan borroso) que 265 pares de bases (una buena longitud), de recuperar el ADN nuclear de Starchild combina perfectamente con un gen humano el cromosoma
1. Esto verifica más allá de cualquier grado de duda que algunos de los que el ADN nuclear visto en la hoja de gel es de un ser humano.


En la de abajo, y de nuevo en la parte inferior, puede ver el informe sorprendente que en una cadena de 342 pares de bases (otra buena longitud), “ninguna similitud significativa (es) encontrados”.

Para recuperar un tramo de pares de bases, mientras que con la ausencia de referencias en la base de datos del NIH es sorprendente ¡porque significa que no se conoce ningún corolario de la tierra por lo que se ha analizado! ¡Esta anomalía increíble pondrá sobre el Starchild en los libros de historia!

Por favor, entienda que este resultado se ha comprobado varias veces, y algunos fragmentos más diferentes se han identificado que no puede ser igualada en esta base de datos a todo lo conocido.
A pesar de ello, los escépticos general estarán obligado por sus posiciones para tratar de decir que es una especie de galimatías o algún tipo de error, porque en su visión del mundo simplemente no puede ser verdad.

Afortunadamente, sus protestas balidos se puede superar fácilmente con la repetición continua de los resultados, la búsqueda de fragmentos cada vez más similares en la biblioteca que se creará a partir del ADN de la Starchild, que es lo que el genetista está convencido de que pasará en las próximas semanas y meses - nada más que la comprobación de que una parte significativa del genoma de la Starchild no se encuentra en la Tierra.

Debo añadir que todavía no puedo revelar el nombre del genetista o donde trabaja hasta que esté listo para presentar formalmente sus resultados al mundo. Sin embargo, confía en mí, él es un profesional bien establecida y su instalación es grande y muy creíble. Ellos no quieren ser bombardeados por los medios de comunicación hasta que estén preparados para ello, y yo tampoco, para el caso.



Lo cierto es que al ver ambos cráneos arroja resultados muy significativos. Uno es totalmente normal y perteneció a una mujer joven, de entre 20 y 30 años, en cambio, el otro (el craneo en cuestión) se le atribuyó a un niño de cinco años, muestra una serie de alteraciones que no parecen propias de un ser humano. Su morfología es muy extraña, con abultamiento a cada lado de los ojos y con la parte posterior alargada y aplastada. Además, las cuencas oculares son muy superficiales, por lo que se supone que la criatura carecía de movilidad en los ojos. Por otra parte, el denominado foramen magnum, el agujero que se encuentra en la base del cráneo y que lo une a la columna vertical, se encuentra adelantado, casi en el centro de la base. Asimismo las pruebas de carbono 14 y ADN, realizadas por el Dr. David Sweet de la University of British Columbia de Vancouver (Canadá), dieron como resultado una antigüedad de 900 años.

A su vez el equipo que analizó los cráneos descartó la posibilidad de que todas esas “peculiaridades” sean malformaciones congénitas, lo que deja con la gran posibilidad de que estamos frente a la presencia de una especie alienígena. esta posibilidad cobra mucha fuerza ya que las muestras de DNA realizada al craneo del “niño” no se ha podido encontar ninguna especie viviente conocida que coincida con el ADN del supuesto Padre, es más, están en la espera del definitivo exámen de ADN realizada con la más avanzada tecnología genética que tendrá el resultado final a fines de 2008 o comienzos de 2009 y que finalmente se han dado ahora en 2010.

En cuanto al origen hibirdo de este niño, los indígenas que habitan la zona donde se encontraron los cráneos cuentan una antigua leyenda sobre los niños de las estrellas. Según estos relatos, que se remontan como mínimo a dos siglos atrás, unos seres procedentes de las estrellas dejaron embarazadas a varias mujeres que vivían en las aldeas más aisladas de la región. Después de dar a luz a estos niños de las estrellas, los criaban durante varios años, hasta que sus padres regresaban del cielo para llevárselos. ¿Es posible que los restos encontrados correspondieran a una madre que intentó evitar que le arrebatasen a su hijo híbrido?

Estos resultados han abierto el debate sobre si la humandiad fue una creación de una civilización avanzada lo que permitiría explicar el “eslabón pérdido” en la teoría de la evolución.







Terror en los Montes Urales


En 1959 un grupo de nueve alpinistas mueren de manera extraña en los Montes Urales, esta es la inquietante historia del gran misterio de la antigua URSS.

A principios de febrero de 1959 el tiempo era bueno en la zona de los Urales. Una decena de estudiantes y experimentados alpinistas, encabezados por Igor Dyatlov, de 23 años, se preparaba para realizar una expedición a la cordillera montañosa. Cuando emprendieron la marcha hacia la base del monte Otorten nadie presagiaba su fatal destino. Al llegar al último lugar de aprovisionamiento un miembro del equipo, Yuri Yudin, enfermó repentinamente, lo que le obligó a quedarse allí para recuperarse ante la imposibilidad de seguir el ritmo del resto del grupo de estudiantes. Paradójicamente, aquella circunstancia se convirtió para su protagonista en un suceso providencial y, al mismo tiempo, en una pesadilla. Desanimado, Yudin se despidió de sus nueve compañeros. Sería la última vez que los vería con vida. Lo que les ocurrió a partir de ese momento sigue siendo un completo misterio.

De acuerdo a las normas básicas de seguridad, cuando llegaran a la zona de Vizhai, de regreso de la montaña, Dyatlov tenía que enviar un telegrama al Instituto Politécnico de los Urales, donde estudiaban todos los integrantes del grupo. El joven calculaba que eso sucedería alrededor del 12 de febrero, pero advirtió, no obstante, que podría retrasarse algunos días si el tiempo se complicaba. Por este motivo nadie se percató de su desaparición hasta pasadas varias semanas. No fue hasta el 20 de febrero cuando las familias de los excursionistas dieron la voz de alarma ante la falta de noticias de sus seres queridos. Entonces se movilizó un equipo de rescate compuesto por miembros de la policía y del ejército y por un grupo de profesores y alumnos de lo que hoy es la Universidad Técnica de los Urales. Tras varios días de búsqueda, el 26 de febrero encontraron el último campamento que habían establecido los estudiantes. Su estado no presagiaba nada bueno. El estudiante que lo halló, Mijail Sharavin, dibujó una instantánea escalofriante: las tiendas estaban totalmente rajadas desde dentro y cubiertas parcialmente por nieve. No había nadie en su interior, pero, extrañamente, los objetos personales, incluso la ropa de abrigo, permanecían allí. Al revelar las fotos de las cámaras que los jóvenes habían dejado atrás como mudos testigos de lo sucedido, se determinó que el grupo había acampado en ese lugar el 2 de febrero hacia las cinco de la tarde.

El equipo de rescate encontró también un conjunto de huellas en línea recta que partían de las tiendas de campaña. Los expertos aseguraron que pertenecían a un grupo de unas ocho o nueve personas, lo que demostraría que todos los estudiantes huyeron prácticamente desnudos. Unos llevaban calcetines y otros, una única bota, pero algunos escaparon con los pies descalzos. Las huellas se hundían unos 90 cm en la nieve y no revelaban signos de violencia ni la presencia de alguien ajeno al grupo. Conducían hacia una pequeña cuesta que llevaba a una masa arbolada cercana, pero tras 500 m desaparecían sin dejar rastro. En el borde del bosque aparecieron los cuerpos sin vida de dos de los estudiantes desaparecidos: Georgi Krivonischenko, de 24 años, y Yuri Doroshenko, de 21. Sus cadáveres descansaban bajo un gran pino vestidos únicamente con ropa interior y sin signos externos de violencia. Junto a ellos se veían los restos de una hoguera y algunas ramas del pino destrozadas. A pocos metros, en un claro de la arboleda, yacían los cuerpos de Rustem Slobodin, de 22 años, de Zina Kolmogorova, de 22 años, y de Igor Dyatlov, de 23. Por la posición de los cadáveres, parecía que los jóvenes habían tratado infructuosamente de llegar al campamento. Este espeluznante hallazgo provocó que se pusiera en marcha una investigación. La autopsia que se realizó a los cinco cuerpos no arrojó datos relevantes: los estudiantes habían muerto por hipotermia y no presentaban lesiones externas. Tan solo uno tenía una pequeña fractura en el cráneo que no había sido la causa de su muerte. Y es que, salvo por los detalles escabrosos que presentaba el campamento y el hecho de que los estudiantes lo abandonaran sin ropa, todo lo sucedido entraba dentro de los parámetros de lo aparentemente lógico. Pero aún quedaban por encontrar cuatro de los estudiantes. El descubrimiento de sus cuerpos dio un dramático giro a los acontecimientos.

Establecer el paradero de los demás excursionistas costó casi dos meses. Los cuatro estaban enterrados bajo 5 m de nieve cerca de una especie de pequeño barranco, próximo al lugar donde se habían encontrado los cuerpos de las otras víctimas. Eran Nicolas Thibeaux-Brignollel, de 24 años, Ludmila Dubinina, de 21, Alexander Zolotaryov, de 37, y Alexander Kolevatov, de 25. El cráneo de Thibeaux estaba prácticamente destrozado por dentro, y Zolotaryov y Dubinina tenían varias costillas rotas. Además, la muchacha no tenía lengua. Pese a ello, las lesiones externas que presentaban eran prácticamente inapreciables. Y, al contrario que los demás, estaban vestidos. Parecía como si los últimos en morir se hubieran apropiado de las ropas de quienes habían fallecido primero, ya que el cuerpo de Zolotaryov vestía un abrigo de piel y un sombrero de Dubinina, mientras que los pies de esta última estaban envueltos en los pantalones de Krivonischenko. Tras tres meses de análisis, la investigación sobre el caso se dio por zanjada sin llegar a ninguna conclusión. Sin testigos, sin nadie a quien acusar y sin pruebas sustanciales sobre lo ocurrido era lo más previsible. El caso quedó bajo secreto de sumario y se prohibió el acceso a la zona donde habían ocurrido los hechos durante los tres años siguientes. Hasta el momento se han desclasificado muy pocos documentos al respecto. Pero, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por acallar este espeluznante suceso, los compañeros y los familiares de los jóvenes impulsaron la creación de una organización que se ha dedicado a tratar de desentrañar el misterio durante los últimos 49 años: la Fundación Dyatlov.

Esta asociación se ocupó del caso desde sus inicios, tratando de comprobar la validez todas y cada una de las hipótesis que se han planteado para tratar de reconstruir los hechos que sucedieron aquella fatídica noche. Hoy prosigue esta tarea su director actual, Yuri Kuntsevich. Las primeras teorías culpaban de las muertes a la tribu que habitaba aquel lugar, los mansi, ya que se planteó la posibilidad de que los excursionistas hubieran profanado algún lugar sagrado de este pueblo. Pero esta hipótesis fue descartada de inmediato debido a que ni la montaña de Otorten ni Kholat-Syakhl eran considerados como tales por los mansi y, además, nunca se encontraron huellas de otras personas en el campamento. Es más, años después algunos especialistas en Medicina forense, como el doctor Borís Vozrozhdenny, han explicado que es imposible que un ser humano pueda ocasionar las heridas internas que presentaban los últimos cuatro cadáveres, que son parecidas a las que se producen en un accidente con un vehículo a toda velocidad: externamente no se aprecian, pero los daños internos son fatales. Descartada la intervención humana, los investigadores comenzaron a localizar a los testigos de la época. En 1990 el investigador Iev Ivanov consiguió entrevistar a varios militares y meteorólogos que relataron que entre febrero y marzo de 1959 se habían divisado en la zona unas “esferas brillantes”.

Para Ivanov esas esferas brillantes eran la clave del misterio. Entre los pocos documentos desclasificados sobre el caso existe uno que hace referencia a unos excursionistas que acamparon a unos 50 km de distancia de los nueve fallecidos. El informe recoge que en la noche del 2 de febrero vieron “extrañas esferas luminosas de color naranja que flotaban en el cielo en dirección a Kholat-Shiyakhy, sobre las montañas de Otorten”. De nuevo las luces eran las protagonistas en estos testimonios, lo que dio pie a que los investigadores especularan con la posibilidad de que una de aquellas esferas hubiera provocado que alguno de los excursionistas –si no todos- decidiera seguirlas y hubiera animado a los otros para que lo acompañaran. Aquellas luces podrían haber provocado una explosión, que sería la causante de las lesiones internas que presentaban los cadáveres.

Para Yudin, el único superviviente, esta hipótesis es la más plausible, ya que explica las heridas y el extraño tono bronceado que presentaban los cadáveres cuando fueron encontrados. Pero, sin duda, la prueba que más la refuerza es el hallazgo de altos niveles de radiación en las ropas que portaban los cadáveres. Sin embargo, a pesar de que la zona se rastreó en varias ocasiones, nunca se encontraron pistas o señales de una posible explosión.


EXPERIMENTO MILITAR
El secretismo y la intervención militar, así como el momento en el que se produjeron los acontecimientos sugieren que los jóvenes fueron víctimas de un experimento militar, que acabó en desastre. Incluso es posible que se tratara de un fallido lanzamiento de un misil o un cohete, aunque el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) no conserva expediente alguno de una iniciativa de este tipo. Así lo confirmó Alexander Zeleznyakov, historiador especializado en misiles soviéticos y alto funcionario de la Corporación de Energía Espacial Soviética. Asimismo, el Ministerio de Defensa y la Oficina de Atención Ciudadana aseguraron que ellos tampoco tenían constancia de que se hubieran llevado a cabo experimentos en los Urales que coincidieran en las fechas y en el lugar con el suceso. A pesar de todo, Yuri Yudin mantiene su empeño de esclarecer el caso. En su última visita a la zona logró descubrir un extraño cementerio de metales retorcidos de procedencia desconocida. Aunque cree imposible probar que se realizara un experimento militar, no duda que el origen de la tragedia fue artificial. “Hay cosas muy extrañas en el caso. Cuando me llamaron para identificar los objetos personales, hubo varios que no fui capaz de reconocer: un trozo de tela parecida a la de una capa militar, trozos de cristales y un par de esquís completos, así como otro partido en pedazos”, señaló en una conferencia pronunciada el pasado mes de febrero.


EL PASO DE DYATLOV: PREGUNTAS SIN RESPUESTAS
Bajo el auspicio de la Fundación Dyatlov, el pasado mes de febrero se reunieron en Ekaterimburgo (Rusia) seis personas que participaron en la búsqueda de los estudiantes y 31 expertos independientes para buscar respuestas sobre el accidente e intercambiar datos de las investigaciones realizadas hasta el momento. La mayoría de los investigadores coinciden en que los militares realizaron pruebas en el área que podrían haber sido la causa de la muerte de los nueve esquiadores.

“Todavía carecemos de los documentos clave de la investigación, por lo que seguimos solicitando al Ministerio de Defensa que nos provea de dicho material para continuar nuestras investigaciones”, declararon los participantes. La conferencia fue secundada por la Universidad Técnica de los Urales, la Fundación Dyatlov y otras entidades no gubernamentales, que llamaron al lugar del suceso el Paso de Dyatlov en honor a los estudiantes para que sus muertes no caigan en el olvido.


SABIAS QUE
Según los documentos desclasificados sobre el caso de los Urales, la investigación se abrió entre el 6 y el 14 de febrero de 1959, es decir, varios días antes de que se descubrieran oficialmente los cuerpos? Según el único superviviente de este extraño suceso, Yuri Yudin, esta es la prueba más fehaciente de que el origen de la tragedia fue un experimento militar.

El próximo año se cumplirá el cincuenta aniversario de la tragedia acontecida en los montes Urales. Muchos esperan que, coincidiendo con tal fecha y debido a la actual situación de Rusia, se produzca una nueva desclasificación de documentos que permita arrojar más luz sobre este enigmático caso, en el que perdieron la vida nueve estudiantes bajo extrañas circunstancias. Por ahora todo apunta a que se debió a un experimento militar.

Revelan que muñecas poseídas causan terror a vecinos de Bolívar, Argentina


Una serie de casos de posesión diabólica concentradas en la figura de inocentes muñecas de plástico sorprendió a varias familias residentes en la localidad bonaerense de Bolívar, a 350 kilómetros de Capital Federal, las que fueron víctimas de la maléfica influencia de esos juguetes depositarios por cuestiones inexplicables de una destructiva carga de energía negativa.

Desgracias, violencia, peleas, desencuentros y adversidades del más variado tono eran la constante en la vida de al menos dos familias que padecieron el efecto de lo que constituyeron versiones casi reales de Chucky, el muñeco maldito que cobró notoriedad a través de la cinematografía.

Los distintos episodios en torno a las muñecas revelados por el investigador de fenómenos paranormales Jorge Sosa, quien hace dos semanas también en estas páginas advirtió de la presencia de energía negativa en una vasta zona del sureste de la provincia de Buenos Aires y a la cual le atribuye distintas situaciones anómalas que perjudican a los pobladores del área en cuestión, fue convocado por las personas afectadas para que las ayudara a revertir el inimaginable trance que las atormentaba.

Sosa señaló a EXPEDIENTES SECRETOS que los casos en los que intervino y por los cuales comprobó la presencia de muñecas diabólicas, alteraban la tranquilidad, concordia y hasta la salud de distintos integrantes de las familias en cuyo seno, sin que nadie lo hubiera presagiado, algo cambió de modo dramático a riesgo, incluso, de generar situaciones fatales.

El investigador, que se autodefine como cultor de la escuela de parapsicología moderna, prefirió mantener en reserva las identidades de los vecinos de Bolívar que recurrieron a sus servicios en procura de recuperar algo de la paz que habían perdido en algunos casos desde hacía varios años.

Hogares invadidos
“Lo que pasó es muy fuerte y es lógico que esta gente no quiera que se sepa mucho del calvario que atravesaron y de la aterradora experiencia que les tocó padecer” aseguró, Sosa, quien afrontó uno de los casos recientes en enero pasado, cuando una mujer lo contactó para que liberara a su hogar de la “mala onda” que lo había invadido.

Según Sosa, lo que sucedía en esa casa de un barrio ubicado no muy lejos del casco céntrico de Bolívar giraba en torno al cambio de carácter que había cobrado el marido de la mujer, quien sin motivos aparentes empezó a ser agresivo con su pareja, en una actitud que fue in crescendo al extremo de llegar a la violencia física.

“La mujer tenía miedo que el hombre la matara y me pidió que hiciera una limpieza energética de la casa”. Pero fue al entrar a la habitación del matrimonio -recordó Sosa- que la presencia de una muñeca de plástico y de cerca de un metro de altura, lo sobresaltó.

“Increíblemente al verla experimenté una energía negativa que me invadía” señaló y rememoró el detalle sin duda más escalofriante: “la muñeca estaba ubicada dentro de una cuna y en verdad parecía una nena durmiendo. Pero una cuando me dí vuelta para volverla a mirar por la sensación extraña que me había causado, observé que había abierto los ojos hasta la mitad”.

La muñeca era un regalo que la dueña de casa tenía desde que era niña. Lucía un vestido floreado, su cabello era negro, contaba con un dispositivo mecánico por el cual emitía sonidos y estaba confeccionada en plástico duro, como tantos otros juguetes de este tipo que hicieron las delicias de las nenas de las décadas del 60 y 70.

Posesión diabólica
Al percatarse que estaba frente a un episodio sobrenatural y al que definió como el foco de energía negativa que influenciaba a esa casa, Sosa consideró que la única manera de alejar el mal era destruyendo a la muñeca. “Hay que quemarla” recomendó, acción que minutos después puso en marcha no sin antes convencer a la mujer quien, melancólica, no quería desprenderse de la muñeca que la había acompañado casi toda la vida.

Tras rociarla con alcohol y envolverla con papeles, el parapsicólogo prendió fuego a la muñeca que en medio de la quemazón y como un capricho de neto perfil paranormal, emitió una suerte de gemido producto, aparentemente, de la acción de las llamas sobre el dispositivo sonoro del juguete.

“Evidentemente se trató de un caso de posesión diabólica que se coló en la muñeca” afirmó Sosa, para quien la razón de ser de esa influencia maligna que motivó la angustia del matrimonio de esta historia y que a poco estuvo de llevarlo a su disolución, “es el resultado de las energías negativas procedentes del universo o del más allá y que están afectando al mundo”.

Este estudioso de episodios paranormales aclaró que “no se trató de un caso de magia negra sino de otra cosa: la muñeca recibió en algún momento esa energía negativa que la transformó en un objeto maléfico que operaba sobre la personalidad del marido y en la suerte de la familia a la que absolutamente todo le salía mal”.

Ya sin la muñeca las cosas cambiaron, el dueño de casa recobró su afabilidad y hasta empezaron a revertirse ciertas tendencias: por ejemplo, la familia pudo retomar la construcción de un local al frente de la propiedad y hasta desapareció la sensación de frío que se percibía sobre todo en la cocina y que sus moradores atribuían a la humedad en los cimientos.

Muñeca brava
El otro caso que se registró en Bolívar y que también tuvo a Sosa como testigo ocurrió a principios de mes, cuando una mujer le contó al parapsicólogo que no podía conciliar el sueño y que los médicos no daban en la tecla con un molesto sarpullido que sufría en las piernas.

También en este caso, al querer detectar fuentes de energía negativa, el investigador se encontró justo sobre la cama de la dueña de casa -una anciana que vivía sola y de la que también mantuvo reserva sobre su identidad - con una pequeña muñeca también de plástico y que desde hacía muchos años era un adorno más de la vivienda.

“La muñeca está maldita”, determinó Sosa, y también recurrió al alcohol y los fósforos para poner fin a las pesadillas de la anciana que cuando el parapsicólogo se fue, quedó en el patio de su casa contemplando como las llamas erradicaban la energía negativa allí asentada.

“Sin embargo, la señora volvió a contactarse conmigo para decirme que lo único que no se le habían quemado a la muñeca eran las piernas. Hubo que prender fuego otra vez - rememoró Sosa- y recién después de eso la mujer, que también recuperó el sueño, dejó de padecer la comezón intensa que hacía tiempo afectaba sus piernas”.

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