Isla de Filitheyo, la isla jamás habitada que tenía un cementerio

La isla de Filitheyo, en el Atolón Faafu de Maldivas. Un pequeño paraíso, hoy convertido en un resort de lujo, fue comprado como una isla jamás habitada, y de hecho, el estado de su ecosistema y su aspecto así lo indicaban. Hacia fines de los 90, sólo predominaba una densa vegetación habitada por lagartos, murciélagos, cangrejos, y rodeado de un increíble arrecife.

Lo curioso, es que al comenzar la construcción, los ingenieros se encontraron entre la maleza, con una cementerio de origen árabe y unas 30 lápidas en grupo en el interior de la isla.
El misterio aún no ha sido resuelto, pero hay algunas hipótesis como que piratas enterraran allí sus muertos o que solo es una operación de marketing para atraer turistas.

¿Hallado un OVNI en el fondo del mar?

El hallazgo de una extraña forma circular de unos 18 metros de diámetro en el fondo del mar Báltico está levantando todo tipo de especulaciones sobre su naturaleza. Su perfil extraordinariamente regular parece indicar que se trata de un objeto artificial, aunque no puede descartarse un posible origen natural. Su descubridor, el sueco Peter Lindberg, asegura no haber visto nunca nada parecido.


Observen bien la fotografía sobre estas líneas. Se trata de una imagen de sonar del fondo del golfo de Botnia, un estrecho brazo de mar de unos 700 km. de longitud situado entre Finlandia y Suecia. Arriba, a la izquierda, aparece una extraña anomalía de forma circular, de unos 18 metros de diámetro. El objeto se encuentra a unos noventa metros de profundidad y fue descubierto durante una exploración oceánica por el investigador sueco Peter Lindberg, que desde hace dos décadas se dedica a buscar barcos hundidos y a recuperar sus cargas.

Linberg se hizo famoso en 1997 cuando encontró los restos del Jönköping, un carguero sueco hundido por un submarino durante la primera guerra mundial, y recuperó una parte de su valioso cargamento: 2.500 botellas intactas de champán Heidsieck&Co Monopole 1907 “Gout Americain” dedicadas a la Flota Imperial Rusa. Varios cientos de esas botellas se vendieron después en el hotel Carlton Ritz de Moscú, al bonito precio de 275.000 dólares cada una.

En esta ocasión, sin embargo, Lindberg se podría haber topado con algo todavía más sorprendente. Según él mismo ha explicado, el pasado 19 de junio su equipo se encontró, durante un rastreo con sonar, con "un gran círculo de unos 18 metros de diámetro. Se pueden ver un montón de cosas raras en este trabajo, pero durante mis 18 años como profesional jamás había visto nada como esto. Su forma es completamente redonda".



Y para añadir aún más misterio, Lindberg asegura que existen evidencias de un rastro de unos 300 metros (ver la imagen) que sugiere que el objeto se arrastró por el fondo hasta detenerse en su ubicación actual. Más que suficiente para que los medios de comunicación suecos hayan empezado a hablar de OVNIS. Algunos han llegado a afirmar que el misterioso objeto es, sin duda alguna, una nave de origen extraterrestre que se estrelló en el mar y que dejó un rastro en el fondo antes de detenerse por completo.

Sin embargo, nadie ha bajado aún hasta el fondo del golfo de Botnia para comprobarlo. Y quien lo haga, si es que alguien está dispuesto a correr con los gastos, podría encontrarse con una formación natural sin el mayor interés o, incluso, con algún tipo de estructura redonda de fabricación humana. Las imágenes de sonar, por sí solas, no permiten apreciar el objeto con el detalle suficiente como para salir de dudas.

Por su parte, Lindberg ha asegurado que no tiene el suficiente interés, ni los medios necesarios, para investigar la anomalía. Así que deja para otros la gloria, o el chasco, del descubrimiento. Si efectivamente se tratara de una nave extraterrestre, su valor sería incalculable y compensaría la inversión con creces. Si no, habría sido sólo una (otra) esteril pérdida de tiempo y de dinero.

La leyenda de Dhampir

Dhampiro (Dhampir, Dhampyr, etc) es una raza de vampiros de la confusa mitología gitana. Sus leyendas se expandieron por Rumania y los Balcanes, e incluso sobreviven en la indiferente Albania.

El Dhampiro es un vampiro híbrido. Es decir, la cruza entre una mujer humana y un vampiro de sangre pura. Ubicar sus historias en el mapa es sencillo. Más complejo es comprenderlas, ya que el Dhampiro, al menos en una de sus facetas legendarias, no es enemigo de los humanos, sino un cazador de vampiros.

Según esta variante, los Dhampiros cazan y se alimentan de vampiros, a quienes odian prolijamente. Tienen una vida relativamente corta, al menos para los estándares vampíricos, debido a que carecen de estructura ósea. En cambio, poseen una especie de gelatina licuefacta que, dentro del cuerpo, funciona como esqueleto. Según el monóglota y podólogo argento, el profesor Lugano, los Dhampiros están sostenidos por su propia fauna cadavérica, ya que los procesos naturales que conservan las células se detienen gremialmente al momento de morir.

Las aldeas rumanas respetaban sinceramente a los Dhampiros. Usualmente era nómades, vagabundos sin patria ni techo que recorrían las comarcas cazando vampiros y recolectando suculentas ofrendas de los campesinos. No heredan ninguna de las facultades sobrenaturales de los vampiros, salvo el hecho respetable de andar, comer y beber estando muertos. Envejecen a un ritmo frenético, casi cinco veces más rápido que los humanos.

Los Dhampiros siguen el rastro migratorio de los vampiros. Cuando ubican una aldea infectada de No-Muertos se dirigen a las autoridades ofreciendo sus servicios. Una vez acordados sus honorarios, el Dhampiro se dirigía a la plaza central de la aldea, emitiéndo un desafío a viva voz. Por alguna razón que los vampirólogos han decidido omitir, los vampiros siempre aceptaban el desafío, y se acercaban al sitio acordado bajo una forma traslúcida. Los Dhampiros, viejos conocedores del folklore rumano, sabían cómo detectar a un vampiro invisible utilizando una hoja de fresno bajo sus propios ojos o -vaya a saber uno por qué- colocando su camisa al revés.

Detectado el vampiro, la lucha es breve y sangrienta. Los Dhampiros no necesitan atravesar el corazón de sus enemigos. Los masacran a dentellada limpia y consumen hasta el último rescoldo de sus cuerpos.

La edad media reconoció a los Dhampiros como seres útiles para las comunidades rurales. Sus honorarios fueron debidamente consignados por las autoridades. Incluso existen casos documentados de Dhampiros que contrayeron matrimonio por iglesia. En Bulgaria se dio un entorno menos amigable. Se los acusaba de raptar mujeres vírgenes y de poseer habilidades amatorias infernales. Las damas ligeras de cascos, por otra parte, los utilizaban como excusa para dar cuenta de sus embarazos no deseados.

A mediados del siglo XII Rumania se vio envuelta en una verdadera plaga de Dhampiros. Estaban en todas partes. Las aldeas los recibían casi diariamente. Un cura escéptico de la ciudad de Giurgiu no dudó al sugerir que los Dhampiros no existen. En cambio, propuso la existencia canallas que se hacían pasar por Dhampiros y cretinos que se acostaban con la mujer del vecino.

Lo cierto es que los Dhampiros sobrevivieron hasta bien entrado el siglo XX. El último documento oficial que los menciona data de 1959 y proviene de Kosova. Al parecer, un Dhampyr continuaba activo en aquella región, limpiando las aldeas de indeseables hematófagos a cambio de unos pocos leus. Fue él quien dio cuenta de la última leyenda de Dhampiros de la que se tiene conocimiento.

Según aclaró a sus allegados, debía ser enterrado boca abajo en el sarcófago. De lo contrario, moriría en la tumba como Dhampiro, retornando luego como un vampiro convencional. Las autoridades locales siguieron al pie de la letra estas recomendaciones, e incluso añadieron otra: construirle un regio ataúd de hierro.
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