Fenómenos paranormales en el Sanatorio de la Alfaguara


Expertos en parapsicología graban psicofonías en las que se oye a una enfermera que pide que no les molesten más y que se llama Berta, igual que la religiosa fundadora del hospital.


Se llama Berta, murió hace décadas. Es uno de los fantasmas que aparecen entre las ruinas del viejo sanatorio antituberculoso ubicado en un recóndito paraje de la sierra de La Alfaguara, provincia de Granada, España. La presencia etérea, de la que los vecinos de Alfacar y algunos montañeros han hablado desde hace años, se ha dado a conocer. Unas psicofonías grabadas por expertos en parapsicología y fenómenos paranormales, revelan que la figurar que aparece entre las ruinas, dice por sí misma que se llama Berta.

Lo asegura un joven granadino, Rafael Reyes Casal, profesor de Secundaria, que junto a compañeros de investigaciones paranormales, grabaron varias psicofonías a los largo de los últimos meses. «Es una de las grabaciones, realizada por la noche entre los restos del sanatorio, notamos la presencia de alguien. Le pregunté cómo se llama. Su respuesta quedó grabada en la cinta. Dijo 'Berta', y curiosamente es el mismo nombre de la fundadora del sanatorio antituberculoso, Berta Wihelmi», dice el investigador, que con esta respuesta daba un importante giro a la investigación que desde hace años se sigue en los círculos parapsicológicos sobre uno de los lugares en los que las leyendas populares señalan mayor actividad de lo que denominan almas en pena.

Rafael Reyes se interesó en investigar el sanatorio antituberculoso tras conocer los comentarios de los habituales de la Alfaguara y vecinos de Alfacar. En el año 1923, con el impulso de Berta Wihelmi, se construyó e inauguró un centro hospitalario y de reposo para tuberculosos. El sanatorio se mantuvo hasta la Guerra Civil. Desgraciadamente el frente se estableció en esa zona de la Alfaguara, entre pinares a mil metros de altitud. El sanatorio se abandonó y quedó semidestruido. El tiempo terminó de convertirlo en ruinas. Desde poco después de la guerra se empezó a hablar de apariciones, algunas de ellas documentadas por expertos como Rafael Casares y Juan Arcas, que lo incluyeron en el libro '13 historias de fantasmas, casas encantadas y poltergeist', pero hasta el momento nadie había podido determinar la posible identidad de las apariciones y menos aún fotografiarlas y filmarlas en video.

Rafael Reyes, tras investigar durante dos años, realizó unas fotografías en las ruinas del porche, con una amiga, Yazmina Mimun, en primer plano y con la intención de que los fantasmas apareciesen al percibir la presencia humana. «Sabía que aparecerían. Había notado claramente su presencia», dice Rafael, que asegura que en el margen izquierdo de la imagen aparece la figura de una enfermera vestida como lo hacían a principio de siglo, y en la parte derecha, el rostro de otra mujer. «Hay más fotos que se han hecho a lo largo de los últimos meses, una de ellas con el rostro de un niño, la imagen de un perro y una figura de negro», dice.

Las voces
Las primeras percepciones fueron las voces. Una voz de hombre, una figura de negro que posiblemente podría tratarse de un cura, ya que el sanatorio, durante un tiempo, fue regentado por jesuitas. Habló la primera vez que acudimos al sanatorio. «Mientras veíamos que la grabadora podría tener problemas con las pilas, oímos una voz de hombre que decía 'tranquilo, que sí va a salir'. Allí no había nadie».

Más tarde, con la continuación de las investigaciones, una decena de psicofonías han registrado frases, una de ellas, en latín, y la más importante, comprobada recientemente por sistemas de análisis de espectro de audio, en la que la voz de la enfermera dice claramente: «No me molestes más», y otras palabras imperativas: «Vete» y «No entres dentro». El investigador preguntó, en esa ocasión en la que parecía que la mujer estaba con más intención de hacerse presente, si tenía miedo. La respuesta fue: «Tu sabes que no tengo miedo».

La investigación se da a conocer ahora porque la tarea de analizar las voces está ya muy avanzada. «Está claro que no son voces humanas, la intensidad e inflexión de la voz, más gutural, se muestra claramente como no humana en el análisis del espectro de onda».

Rafael Reyes cree que los campos de energía que se mueven en el viejo sanatorio son la representación de personas que vivieron y murieron allí, que no han podido abandonar el mundo de los vivos porque les ha quedado algo por hacer. «Se manifiestan ante personas que pueden tener una sensibilidad especial para percibir energías y formas», dice Rafael Reyes, pero lo cierto es que cualquier persona que llega al viejo sanatorio, entre los pinares de la Alfaguara, ruinoso y con dos enormes cipreses que flanquean las entrada, siente algo extraño, aprecia un silencio especial, una abrumadora tranquilidad.

Apariciones
Los vecinos de Alfacar siempre han sabido que las apariciones del sanatorio se corresponden con personas que vivieron allí. Saben que Berta Wihelmi tenía la imagen de una mujer muy apegada a su hospital, al cuidado de los enfermos. También saben que allí murieron muchas personas a causa de la enfermedad, entre ellos niños.

En las imágenes tomadas por Rafael Reyes, se aprecian caras de niños entre la maleza y las ruinas, además de la imagen de un perro, posiblemente un Doberman.

El investigador asegura que hay dos entidades enfrentadas, la mujer, que no quiere presencia de personas, y el hombre, posiblemente el sacerdote, a quien no le molesta que allí vaya gente.

Desde hace años, el sanatorio de la Alfaguara es un punto de encuentro para senderistas, ya que se encuentra en una de las rutas más utilizadas de la Alfaguara.


Cuentos y Leyendas Argentinas




Nuestro amigo Carlos German Baudino nos invita a conocer Cuentos y Leyendas de su país a través de la narración.




Hoy nos presenta dos interesantes historias:


El Coquena









Belek, el vampiro del circo

Fotografían una mujer fantasma


En la ciudad de Umán, estado de Yucatán, Mexico el fantasma de una mujer que apareció en una foto tomada con un teléfono celular tiene atemorizada a una familia.

La imagen fue captada en el cuarto de una casa de la colonia Mejorada, frente al campo de futbol, y ningún integrante de la familia reconoce el rostro que aparece ahí.

La autora de la fotografía, quien prefiere omitir su nombre, cuenta que esa mañana su hija estaba sentada en una hamaca con un pequeño gato en las piernas y decidió tomarle una foto.

Para su sorpresa, al ver la imagen notó que había una mujer junto a ellos.

“Pero a esa hora no había nadie más con nosotros, estábamos solas en esa habitación y no reconocemos el rostro de esa aparición”, explica.

“A mis hijas les dio mucho miedo y ya ni quieren entrar al cuarto... es la primera vez que nos pasa algo así”.

Sin embargo, reconoció que es adoradora de la “santa muerte” y desonoce si esto tendría que ver con la aparición.

“Todos los días le pongo su ofrenda, agua, etcétera, y no sé si éste sea el motivo por el cual se haya manifestado esa persona en la foto”.

Dijo que quisiera saber no sólo la identidad sino también los motivos por los cuales se manifestó.

Entrevistados, vecinos de Mejorada afirmaron que en los alrededores del campo de fútbol también han visto a una mujer de forma espectral, que sería la misma de la foto, aunque de esto no hay evidencia hasta ahora.

Investiga

Cuando el investigador de lo paranormal Jorge Moreno recibió el reporte de una foto donde aparece de forma clara el fantasma de una mujer, ese mismo día visitó la casa de la familia de Umán que tuvo la experiencia fantasmal.

El investigador y periodista entrevistó a la dueña de la casa, ubicada en la colonia Mejorada, y analizó la foto, que le fue enviada esa misma mañana vía celular.

Moreno llegó a la conclusión de que es una foto real, pues “no hay truco, fotomontaje ni se trata de algún efecto óptico”.

Otro elemento de su autenticidad, según el investigador, es que la imagen fue tomada de forma casual.
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