El cuero (leyenda chilena)

El Cuero habita en ríos, lagos, lagunas y también el mar, pero de preferencia se le encuentra en pequeñas y oscuras lagunas. Tiene la forma de un cuero de vacuno extendido de gran tamaño, por eso su nombre indígena es "el Threquelhuecuvu", (de thrulque=cuero y huecuvu=genio maléfico). En el borde de su cuerpo tiene una especie de filudas garras. Son pocos los que han logrado ver su cabeza, pero se dice que tiene como tentáculos en forma de tenazas, los que terminan en un par de ojos rojizos y saltones.

Otros dicen haber visto lo que podría ser su rostro, y que es indescriptiblemente horrible. De lo que si se está seguro, es que por debajo de su cuerpo, en el centro tiene una boca, que se asemeja a una gran ventosa, con la cual succiona hasta la última gota de sangre de sus víctimas.
Suavemente se desplaza por sobre las aguas buscando de que alimentarse. Pobre de aquel que este cerca de la orilla de las aguas donde habita, pues utilizando sus oscuros poderes hace subir las aguas e hipnotiza al infortunado. Entonces cuando el nivel de las aguas se lo permite, rápidamente envuelve a su víctima y lo arrastra hasta el fondo del río o laguna, donde la devorará. Cuando, la persona o animal está nadando en las aguas, su siniestra sed de sangre se torna mucho más fácil de satisfacer.

Se sabe por ejemplo de personas que han estado muy cerca de la orilla de un río, y que han sido capturados por el Cuero. Muy conocida es la historia de una mujer que lavaba, y que descuidadamente dejó a su guagua cerca de la orilla, y entonces apareció de improviso el Cuero para robársela y devorar al indefenso infante.

Para librarse del acecho del peligroso Cuero es necesario solicitar los servicios de un Machi entendido. Esta persona atrae con su magia al implacable monstruo hasta la orilla. Una vez cerca, lo engaña y le lanza ramas de "calafate" (un arbusto de durísimas espinas y que da unos frutos de dulce sabor y color azul). El Cuero, enceguecido por la magia del Machi, envuelve las ramas, pensando que es una sabrosa presa. Pero al apretar con fuerza el arbusto, hace que las espinas se entierren en su cuerpo, desgarrándose y sangrando hasta morir.

Este monstruo acuático no sólo habita en Chiloé. También se sabe de su presencia en diversas lagunas del sur de Chile. Cuando era niño solía ir a jugar con mis vecinos a unas lagunas cerca de mi casa en unos cerros de Puerto Montt, pero se nos tenía prohibido bañarnos en ellas, pues se decía que en ellas habitaba el Cuero.
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