El espíritu del niño muerto


Cuando ocurren cosas, normalmente es a una persona o un grupo de personas compartiendo la misma experiencia, pero esto que voy a contar sucede en un pueblo, y ocurre a todos sus habitantes, los cuales ya están acostumbrados... Pero yo, como visitante, y mis primas, hemos vivido unas experiencias que a la gente de allí les parece "normales.

Fuimos a ese pueblo donde mis tíos tenían en las afueras una casa cerca del pantano. Para ir al pueblo tenías que seguir un camino de tierra durante cuatro kilómetros hasta llegar.

Como en la casa de noche nos aburríamos, mis tíos nos acercaban al pueblo en coche para que pasáramos allí unas horas con los chicos del pueblo. Era verano y las noches invitaban a pasarlas hablando y disfrutando de compañía.

Los chicos del pueblo al principio nos parecían muy fantasiosos o que nos querían meter miedo. Decían que algunas noches se oía el gemido de un niño pidiendo ayuda... pero no venía de ninguna parte, sino de todo el pueblo. Cada uno de los habitantes lo oía en su propia casa, en la calle, en la tienda, en el bar... partía de las paredes, del suelo... a veces incluso sentían un empujón violento que los lanzaba al suelo... Contaban que incluso una mujer embarazada perdió a su hijo en la plaza una tarde en la que se encontraba hablando con unas amigas al sentir que unas manos aprisionaban su vientre con tanta fuerza que la hizo abortar allí mismo. Ella estuvo a punto de morir y cuando se recuperó, se fueron del pueblo y no volvieron a él.

Les preguntamos que quién podría provocar esas cosas... y que después de lo de la mujer ¿cómo es que la gente no se va del pueblo también? Entonces nos contaron una especie de leyenda y del por qué creen que "eso" atacó tan ferozmente a la mujer.

Hacía unos diez años, unos niños del pueblo decidieron irse una noche de verano a otro pueblo vecino. Para ello tenían que atravesar un campo donde en uno de los laterales estaba el cementerio que compartían los dos pueblos y que se hallaba justo a la mitad del camino.

Cuando ya estaban bien avanzados oyeron un crujido a sus espaldas. Era el hermano menor de uno de ellos. Le instaron a que se volviese a casa pues no querían cargar con críos y éste se negó en rotundo, más que nada es que le daba miedo volverse solo.

Entonces decidieron despistarle. Al llegar a la altura del cementerio dijeron que iban a jugar para esconderse en él. Como había luna llena se veía bastante bien, este chico aceptó sin sospechar nada... Ya en el cementerio, uno contaba y los demás se escondieron todos juntos, mientras este chico se escondía en otro lado pensando que todos estaban haciendo lo mismo.

Cuando ya le perdieron de vista, los chicos se reunieron y salieron por una de las tapias dejando a este chico escondido. No podían evitar reírse de lo fácil que había resultado engañarlo hasta que oyeron un grito desgarrador... Al principio pensaron que se trataba de una broma, hasta que el segundo grito reaccionaron y volvieron a entrar en el cementerio... Estuvieron buscando por todas partes pero no le encontraron, gritaron su nombre, dieron vueltas y más vueltas y nada.

Al cabo de muchas horas, cuando ya despuntaba el alba decidieron buscar ayuda en el pueblo con la esperanza de que el chico les hubiese gastado una broma y se hubiese ido a casa.

Al llegar al pueblo, el hermano fue a su habitación, no había dormido allí, la madre le preguntó por su hermano pequeño y éste le tuvo que contar la verdad. La madre avisó al padre y éste a todo el pueblo... Salieron todos en busca del muchacho al cementerio.

Cuando llegaron allí, uno de los vecinos descubrió con terror que el cuerpo del chico se encontraba en una de las fosas que acababan de abrir días antes para un nuevo difunto... El chico tenía la cabeza reventada, los huesos de las piernas y de los brazos retorcidos en una figura grotesca, los ojos cristalizados por el pánico y la boca en una mueca de absoluto terror...

Fue un día negro en todo el pueblo, nadie se explicaba lo que había ocurrido allí. El hermano, con los años, fue internado en un psiquiátrico pues decía que su hermano se estaba vengando de él, le veía en todas partes, le pegaba... Los médicos le diagnosticaron neurosis obsesiva post-traumática, pero no podían explicar los continuos moretones que aparecían por todo su cuerpo, incluso en la cara...

Al cabo de unos años, la madre de estos hermanos se quedó embarazada... y a los siete meses le ocurrió lo que ya contaron antes: Algo había provocado la muerte de su bebé y quizás su propia muerte de la que escapó por poco. Los chicos decían que los gritos que oían por las noches eran iguales que los que oyeron en el cementerio.

Oyendo esta historia la verdad es que les creímos... habíamos pasado un buen rato de miedo y nuestro tío nos vendría pronto a recoger para llevarnos a casa...

Cuando íbamos hacia el coche, sentí un golpe fuerte en mi espalda que me obligó a apoyarme en mi prima de una forma violenta. Casi nos vamos las dos al suelo... Miré hacia atrás, pero los chicos estaban hablando entre ellos a unos tres metros de nosotros.

Mi tío dijo que me había tropezado. Mi prima, sin convencerse del todo, fue hacia los chicos, cuando de repente volvió la cabeza hacia el otro lado de forma violenta... Dijo que alguien la había abofeteado... y tenía una mano marcada en la cara... una mano pequeña...

Nos asustamos muchísimo... y empezamos a gritar presas de la histeria... Los chicos vinieron a auxiliarnos mientras mi tío abría el coche rápidamente para meternos dentro. Los chicos hicieron una barrera con sus brazos protegiéndonos de lo que fuese y pudimos meternos en el coche. Por el cristal pude ver cómo golpeaban a algo invisible que les estaba atacando. Mi tío condujo a gran velocidad tocando el claxon como un loco. Al llegar a la casa llamó a mis otros tíos y todos fueron al pueblo a ayudar a los chicos, pero ya todo había pasado. Éstos se encontraban agotados por la lucha, con arañazos, golpes... pero dijeron que estaban acostumbrados, que no pasaba nada.

Las agresiones en ese pueblo son esporádicas y no siempre a las mismas personas... pero ellos sienten que tienen que estar ahí para que ese niño que murió de forma tan violenta no esté solo...

¿Llegará el momento en que pueda descansar en paz?

La Mujer Vampiro

Sarah Hellen, así se llamaba una mujer la cual hoy, después de más de un siglo fallecida sigue causando un miedo insospechado entre los ciudadanos de Pisco. Se la conoce en todo Perú como “La Mujer Vampiro”.

Nació en Inglaterra, criada en el seno de una familia pudiente. Conocida por su obsesión por las prácticas de brujería y magia negra e inclusive relacionada con la adoración a Satanás y al mismísimo Conde Drácula.

Fué asesinada de forma violenta pos sus vecinos en el año 1893, en su terrible agonía juró regresar del más allá en el centenario de su muerte para castigar el crimen que contra ella perpetraron.

Tanto el pueblo inglés, como su propia familia, no querían conservar cerca los restos del cuerpo de Sarah, por miedo a las amenazas que ella pronunció antes de exhalar el último hilo de vida.

Enviaron su cuerpo inerte en barco a las costas del Perú, y depositaron su féretro en el cementerio de la localidad de Pisco, donde permanece en la actualidad.

Se extendió a una excepcional velocidad el rumor sobre su resurrección, y todos creían con certeza que en el centenario de su muerte, Sarah saldría de entre los muertos para vengar su asesinato.

En 1993, la mayoría de los ciudadanos de Pisco vigilaron su tumba e incluso pusieron puestos de vigilancia en el interior de la necrópolis.

Absolutamente todo el pueblo se concentró en la plaza, armados de crucifijos y agua bendita, para luchar contra la “Vampira” si esta llegaba a salir de su tumba y así poder defenderse de su ira.

Aparte de los ciudadanos, vinieron de otras provincias una gran aglomeración de chamanes y brujas que realizaron rituales para evitar que la mujer vampiro pudiese salir de su tumba, y en el caso e que esta llegara a salir, no tuviera poder suficiente para maldecirlos con su mal.

Cuando posteriormente se examinó la tumba y observaron que estaba intacta, y que tal resurrección no se realizó, se lo achacaron a que los ritos chamánicos habían surtido su efecto y que realmente sirvieron como escudo protector.

Desde ese día se hizo tan famosa la imagen de Sarah Hellen que un músico peruano, Julio Andrade, le compuso una canción a la Sarah en su disco “Algo más de mí…” con el título “Sarah Ellen”.

En el vídeo musical se veía una mujer saliendo del cementerio toda vestida de negro, muy sensual, sexy y hermosa, todo lo contrario a la imagen que tendría que tener una mujer cuyo cuerpo ha estado 100 años bajo tierra.

También los beatos le han dado su sitio en el púlpito “Santa Sarah Hellen”, aunque no reconocida por la iglesia, se le reconocen entre sus devotos un sin fin de curaciones y milagros, la fe hacía esta “Santa” crece cada día...

¿Vampira, bruja o Santa? Cualquiera sabe, pero lo que si está claro es que ella nunca imaginaria que hoy, más de un siglo de su fallecimiento, pudiera ser tan famosa lejos de su ciudad natal.

El misterio de los ataúdes deslizantes

El 6 de julio de 1812 en las cercanías de la bahía de Oistin (Isla de Barbados), un grupo de enterradores se dirige al cementerio de Christ Chursh con el cuerpo difunto de la señora Dorcas Chase.

En el panteón familiar, una edificación sólida, construida con grandes bloques de coral unidos con cemento, se encuentran ya los ataúdes de Thomasina Goddard y Mary Anna María Chase, enterradas en 1807 y 1808 respectivamente. La pesada losa que cubre la tumba familiar, de 4 por 2 metros de superficie y semienterrada a la entrada del camposanto, es retirada con gran trabajo por el personal, debido a su considerable peso, y el ataúd es entrado posteriormente en su interior. Las tinieblas son cerradísimas allí dentro, y cuando los sepultureros encienden sus quinqués, se encuentran con una visión realmente aterradora. El ataúd de Mary Anna María había sido movido hacía un rincón y el de la señora Goddard, se encontraba ahora pegado contra la pared opuesta a la entrada. Los enterradores y familiares asistentes no dan crédito a sus ojos y la tumba es de nuevo cerrada con gran dificultad, no sin antes haber depositado en el suelo el ataúd de Dorcas Chase y puestos de nuevo en su sitio los otros dos.

El suceso conmovió a toda la familia y no comprendían cómo unos ataúdes, a la sazón revestidos de plomo, habían sido removidos en semejante lugar. En un intento por buscar culpables y racionalizar lo sucedido, se acuso a los esclavos negros de tal profanación. Se sabía que los negros habían asistido al entierro de la primera hermana Chase y que era poca la simpatía que tenían por el patriarca Thomas Chase, cuyo comportamiento cruel y tiránico había llevado al suicidio a su hija Dorcas. Sin embargo, los negros antillanos rechazaron la acusación y en su lugar mostraron miedo y respeto por lo que consideraban era obra de los espíritus. ¿Quién, entonces, era el responsable de tan macabra broma?. Nada de todo aquello tenía el menor sentido pues los ataúdes, aparte de ser removidos, no habían sufrido ningún deterioro ni faltaba pieza alguna que hiciera pensar en un robo. ¿Es posible que los negros se tomaran molestia tan grande para obtener unos resultados tan insignificantes? No es probable, y el suceso así quedó, hasta que un mes más tarde, el 9 de agosto de 1812, Thomas Chase murió también, siendo llevado su cuerpo al mismo panteón. En esta ocasión, los ataúdes seguían estando en su sitio, pero el 25 de septiembre de 1816, cuando la losa fue de nuevo levantada para enterrar a un niño llamado Samuel Brewster Ames, los ataúdes volvieron a encontrarse desordenados. Como en ocasiones anteriores, la culpa recayó otra vez sobre los negros, que retornaron en su insistencia de que ellos no habían sido.

El 17 de noviembre se creó una gran expectación en Oistin, cuando otro difunto fue trasladado desde el cementerio de St Philips al panteón familiar de los Chase. Una gran multitud se congregó en el lugar para observar los extraños movimientos de ataúdes. Cuando la bóveda fue abierta, todos los féretros habían sido cambiados de lugar. El de la señora Goddard, se hallaba deteriorado y roto por el desgaste y desplazado a la pared opuesta, y todos los demás sarcófagos, desperdigados en desorden por el suelo. Inútilmente se trató de descubrir algún indicio que explicara lo sucedido. Las paredes, el suelo y el techo, seguían estando en buen estado y no existía recodo alguno por el que pudieran pasar los posibles bromistas. Los ataúdes fueron reordenados, y la pesada losa fue vuelta a cimentar en su sitio.

Durante tres años, el panteón, que no había sido vuelto a abrir, fue objeto de la visita de los curiosos. Su fama llegó incluso a Europa y muchos fueron los que tomaron interés por ese misterioso cementerio de Barbados. El 17 de julio de 1819, Thomasina Clarke, murió, y su cuerpo fue trasladado al panteón. Para entonces, hasta el mismo gobernador de Barbados, el vizconde de Combermere, asistió al sepelio, acompañado por un centenar de observadores deseosos de encontrarse con el misterioso fenómeno. Y sus ansias quedaron satisfechas pues cuando los albañiles retiraron la losa, los ataúdes del interior se hallaban otra vez desordenados y desperdigados por todo el lugar. El registro que se hizo por los peones fue realmente exhaustivo, pero, como en ocasiones anteriores, no se encontró ningún indicio de profanación. Los féretros fueron entonces colocados en su sitio y se decidió recubrir el suelo entero de fina arena, para descubrir las huellas del posible culpable. Cuando la bóveda volvió a ser tapada, el vizconde de Combermere y dos funcionarios, marcaron el cemento con su sello, formando así una película infranqueable.

El 18 de abril de 1820, el panteón volvió a ser abierto. Hasta entonces el lugar no había sido utilizado, pero la expectación despertada en el público y el deseo del vizconde Combermere por comprobar si su experimento había dado resultado, hicieron que ese 18 de abril, se desvelara el misterio, a pesar de no haber ningún finado para ocupar un hueco en la sepultura. El vizconde Combermere, acompañado del Honorable Nathan Lucas, el secretario de gobernación, mayor J. Finch, el señor Rowland Cotton, el señor R. Bowcher Clark y el reverendo Thomas Orderson, se dirigieron al cementerio de Christ Church, con un grupo de asustados peones negros, dispuestos a levantar la losa.

Todo estaba como lo habían dejado, es decir: el cemento estaba intacto y los sellos oficiales seguían en su lugar, sin haber sufrido ninguna perturbación. Con esto, todos pensaron que el interior se encontraría también en buen estado, pero cuando el cemento fue picado y la losa retirada a un lado, se sorprendieron al escuchar un extraño rozamiento surgiendo de la oscura bóveda. Uno de los ataúdes de plomo había sido arrojado contra la losa y al ser retirada esta por los albañiles negros, la sepultura había sido arrastrada con ella. Los cada vez más aterrorizados negros comprobaron que el ataúd de Mary Anna María, se encontraba ahora empotrado en la pared del fondo, y del tal manera, que incluso el muro había sufrido daños. Los demás féretros estaban diseminados por el suelo de forma caótica. El vizconde Combermere, no daba crédito a sus ojos. El exterior de la bóveda seguía estando tan sólido como siempre, por lo que nadie podía haberse colado dentro por algún resquicio, y la fina arena depositada en el pavimento interior, no presentaba muestras de huellas o de presencia humana. Si alguien había entrado allí, pensó el vizconde, desde luego no era de este mundo.


El honorable Nathan Lucas, dijo de la inspección que hizo del lugar:

"Examiné los muros, el arco y toda la bóveda: todo era igualmente antiguo; un albañil, en mi presencia, golpeó minuciosamente el suelo con un martillo: todo era sólido. Confieso que no puedo explicar los movimientos de esos ataúdes de plomo. Ciertamente, no se trata de ladrones, y en cuanto a broma pesada o truco, hubiese sido necesaria la participación de demasiada gente y el secreto hubiera sido descubierto; y en cuanto a que los negros hayan tenido algo que ver, su miedo supersticioso a los muertos y a todo lo que con ellos se relaciona, excluye cualquier idea de esa clase. Todo lo que sé es que ocurrió y que yo fui testigo del hecho.”


Desde aquel día, los ataúdes no volvieron a dar motivos para el misterio, pues todos ellos fueron sacados de la bóveda y trasladados a otros lugares del cementerio. Jamás se llegó a saber qué ocasionó semejante suceso incongruente y nunca más se le volvió a dar publicidad. Una multitud de teorías surgieron en aquella época, tratando de solucionar el enigma pero ninguna era lo suficientemente sólida como para validarla. Se habló de pequeños seísmos, de negros vengativos, de bromistas recalcitrantes, pero todas fueron desechadas por falta de consistencia y de pruebas. El misterio continuó así, y aún hoy se sigue hablando en Barbados del misterio de los ataúdes deslizantes.

En la actualidad el panteón está vacío y puede ser visitado por los curiosos que desean rememorar aquel extraño incidente. Sin embargo, no es necesario trasladarse hasta allí para encontrarse con caprichosos ataúdes andarines. “Antiguas Historias Antillanas” fue un libro publicado por sir Algernon Aspinall. En él, el autor nos describe un suceso similar acaecido en Stanton (Suffolk, Inglaterra) en 1815. Como en Barbados, los ataúdes de Stanton habían sido movidos al menos en tres ocasiones, llegando incluso a ascender unas empinadas escaleras. En 1867, el señor F.C. Paley, de Gretford, en las cercanías de Stamford (Lincolnshire, Inglaterra), relataba un hecho similar sucedido en un panteón local y confirmado por varios testigos. Al igual que en los dos anteriores, los ataúdes fueron removidos repetidamente, quedando incluso alguno de ellos, apoyados verticalmente contra la pared. En 1844, en Arensburg, en la isla báltica de Oesel, ocurrió algo parecido en el panteón familiar de los Buxhoewen. En el transcurso de un misa por los funerales de un familiar, se dejó sentir en el interior de la bóveda privada, unos extraños ruidos que alertaron inmediatamente a los concurrentes. Los más atrevidos, abrieron el panteón y descubrieron boquiabiertos, cómo los féretros de sus difuntos se encontraban desperdigados por el suelo, sin orden alguno.

Con el tiempo, el presidente del tribunal eclesiástico local, el barón de Guldenstabbe, encabezó una investigación oficial y ordenó que la bóveda se abriera. Los ataúdes, pese a haber sido reordenados, y la puerta principal cerrada con llave, se encontraban de nuevo desordenados y dispuestos en difíciles posiciones.

El barón Guldenstabbe, lejos de atribuir el misterio a agentes sobrenaturales, ordenó que el suelo del panteón fuera picado y levantado, con la intención de encontrar algún pasadizo secreto por el cual pudieran haberse colado los bromistas o los profanadores de tumbas (profanadores inexistentes, pues jamás fue robado nada). No obstante, el resultado fue negativo, no encontrándose ningún resquicio sospechoso. La Bóveda fue de nuevo pavimentada, y como ocurriera en Barbados, su suelo recubierto, en esta ocasión, de ceniza, mucho más sensible a las huellas que la arena. Como en Christ Church, también aquí se imprimieron sellos ocultos en la losa, que se romperían en caso de que alguien la abriera secretamente; además, el barón dispuso que unos soldados vigilaran el lugar durante tres días y tres noches. Cumplido el plazo, el comité investigador se desplazó otra vez al cementerio. Los sellos secretos permanecían intactos, la ceniza desperdigada en el suelo, no presentaba señales de huellas, pero los ataúdes, de nuevo estaban desperdigados en el interior de la bóveda, estando algunos rotos o boca abajo. El comité de Arensburg y los Buxhoewden, rendidos ante la evidencia, no pudieron hacer otra cosa que trasladar los féretros a otro cementerio y dejar que la providencia explicara algún día el misterio; lo que nunca ocurrió.

El misterio de los ataúdes deslizantes, tanto en Barbados, como en Stanton, en Stamford o en Arensburg, sigue siendo un misterio insoluble. Muchos fueron los que intentaron dar una explicación plausible al fenómeno, sin que ninguna de ellas, como hemos indicado antes, resultara consistente. En cuanto a Barbados, se sabe que el lugar se encuentra rodeado por un cinturón sísmico que posiblemente fuera el causante del movimiento de los ataúdes, pero también se sabe que en esas fechas no se registró presencia sísmica en la zona y que, de haber sido así, todos los ataúdes del cementerio se hubiesen movido y no sólo los del panteón familiar de los Chase. Corrientes subterráneas e inundaciones, fueron otras de las teorías barajadas. Pero la bóveda de Oistin, estaba por encima del nivel del terreno y su estructura era estanca; lo mismo ocurría en Stanton, Stamford y Arensburg.

George Hunte, autor de “Barbados”, un libro en el que se trata del misterio de los ataúdes, ofreció una teoría que intentaba explicar el suceso: “El gas de unos cuerpos en descomposición, y no espíritus malignos, fue responsable de las violentas separaciones y del desorden que desbarató el trabajo de los enterradores”. Aunque esta hipótesis parecía, en parte, solucionar el problema, nadie se preguntó cómo era posible que unos simples gases de procedencia humana podían mover unos féretros recubiertos de pesado plomo, de los que cuatro hombres apenas eran capaces de mover.

El misterio siguió y seguirá, me temo, sin solución, para el resto de la vida. Todas las hipótesis vertidas en el asunto, con la intención de explicarlo, han fracasado irremediablemente. Sólo cabe, pues, buscar su origen en otro lugar quizás no tan humano. Ante enigmas como este, uno se siente tentado en pensar en influencias del Más Allá, o en una capacidad psíquica desconocida hasta el momento, capaces de mover objetos pesados y ocultos con la simple fuerza de la mente. Es posible que, por razones fuera de toda lógica, los asistentes a aquellos sepelios, utilizaran sin saberlo una capacidad mental extraordinaria e inconsciente, causantes de ese deslizamiento sin sentido de los ataúdes; esto, reforzado con la convicción, el miedo y el deseo de los que se agregaban para encontrarse con el fenómeno, pudo potenciar aún más el suceso, hasta que, simplemente, se suprimía trasladando los féretros a otros lugares, acabando así con la tentación involuntaria de los eventuales psíquicos. Sin embargo esto no deja de ser una teoría más, tan válida o inválida como las anteriores, que en ningún caso clarifica contundentemente el suceso. El misterio de los ataúdes deslizantes, es, y seguirá siendo, un asunto para los hechos insólitos, y patrimonio del acervo popular.

Leyenda de marineros


Cuenta la historia que un día muy temprano, como todos los días salieron a faenar los cinco tripulantes de una pequeña embarcación con tan mala fortuna que fueron sorprendidos por un fuerte temporal en alta mar que les hizo naufragar y se llevándose sus vidas al fondo del mar.

La esposa de uno de los tripulantes al recibir tan dura noticia, enloqueció y no era raro verla en la orilla de la playa envuelta en redes de pescador gritando y pidiendo auxilio para su marido el cual según ella estaba agarrado a los restos del naufragio y intentaba llegar a la orilla.

Un día sin mas la pobre mujer desapareció sin dejar rastro, todos en el lugar decían que el mar se la había llevado, ya que se encontraron las redes con las que se envolvía flotando en la orilla.

Hoy en día cuentan las gentes del lugar que cuando esta muy revuelto y sopla un fuerte viento, se oye a lo lejos en el mar una voz de mujer que pide socorro .

Todos afirman que es la mujer que enloqueció pidiendo auxilio para su marido, ya que siempre que esto pasa llegan hasta la orilla redes como las que solía ella llevar.

La leyenda del abeto de Navidad


La leyenda cuenta que un muchacho, que vivía en una pequeña aldea, tenía que ir a buscar, la víspera de Navidad, un tronco de encina para quemarlo en la chimenea, como mandaba la tradición.

El muchacho encontró la leña, pero se le hizo tarde un una intensa nevada le hizo perder el camino de vuelta a casa. Para guarecerse de la nieve, se refugió debajo del único árbol verde que había en el paraje: un abeto.

El chico se acurrucó lo más cerca que pudo del tronco del abeto, el cual, sintiendo pena del muchacho, bajó sus ramas para protegerlo de la nieve.

A la mañana siguiente, al muchacho le despertaron las voces de los habitantes de su aldea, que lo estaban buscando.

Todos se sorprendieron mucho al ver el maravilloso espectáculo de los ramos del abeto llenos de nieve que brillaban al sol.

Y fue así, según esta leyenda, como el abeto se convirtió en un símbolo de la Navidad que hoy todo el mundo conoce y decora en su propria casa, para recordar el espectáculo luminoso de aquel dia.

El misterio de Stonehenge


Aunque hoy día se sepa que los celtas no son los constructores, éstos tuvieron en todos los tiempos un gran respeto por Stonehenge. El primer texto que menciona el sitio con exactitud se encuentra en la Historia Regnun Britanniae de Geoffroy de Monmouth (1136), uno de los autores del ciclo arturiano. Stonehenge es, según él, una creación del druida Merlín, que por obra de magia habría traído las piedras desde Irlanda. Luego habría utilizado las "fuerzas vitales" del lugar para hacer aparecer el dragón, y es ahí también donde todos los nobles de Inglaterra habrían prestado juramento al rey Arturo.


Los autores británicos John Aubrey y William Stukeley, a fines del siglo XVII y a principios del XVIII, contribuyeron fuertemente a mantener la imagen de Stonehenge como un templo druídico y sitio importante de la cultura celta. Pero, aunque fue sin duda el sitio utilizado por los druidas para sus ceremonias, los pesados megalitos estaban ahí mucho antes de la llegada de los celtas a tierras británicas, y los misterios de Stonehenge no tienen ninguna necesidad de este aporte para seguir siendo apasionantes.


El monumento fue construido en cuatro fases, a partir del 2800 antes de Cristo, con piedras de diferentes orígenes. Algunas provienen de Avenbury, a una veintena de kilómetros al noroeste, otras de los montes Prescelly en el País de Gales, a más de 200 kilómetros de Stonehenge, y de Mildford Haven, ¡a 250 kilómetros!. Las "piedras azules" (riolitos) incorporadas a la construcción a principios de la Edad del Bronce (segundo milenio a.C.), vendrían de Irlanda. Cada monolito pesa más de 50 toneladas y el conjunto, varios miles de toneladas: ¿Cómo pueblos de fines del Neolítico, de apenas algunos centenares de individuos, pudieron traer tales cargamentos con medios primitivos? ¿Y por qué haber ido tan lejos en busca de bloques de diferentes rocas?


El emplazamiento de Stonehenge fue elaborado según un plan extremadamente preciso. Una zanja circular de 4 m. de ancho por 1,50 m. de profundidad forma un primer anillo de un centenar de metros. Al interior, sobre el talud, un segundo anillo está dibujado por 56 agujeros, conocidos por el nombre de "agujeros de Aubrey", derivado del nombre de uno de los primeros exploradores del emplazamiento (1650).


Siempre concéntricos, otros dos anillos revelan cada uno 30 y 29 agujeros: éstos contienen osamentas humanas quemadas. Luego viene la parte monumental de la obra: dos círculos de piedras erguidas cubiertas de dinteles encerrando otras dos filas dispuestas en forma de herradura. Otras cinco piedras se levantan aisladas: dos, en la zona del anillo de los agujeros de Aubrey ("piedras de estación" destinadas a ser cambiadas de posición), una exterior, en la galería que conduce al monumento ("piedra de talón", llamada así por su forma), una piedra de sacrificio a la entrada y un altar al centro.


Los numerosos restos humanos encontrados en el lugar indican que el sitio sirvió a menudo, a lo largo de los siglos, como lugar de sepultura. Sin embargo, todo muestra que esa no fue su primera finalidad.

En efecto, después de 1961, el plano del monumento fue estudiado por el científico Gerald Hawkins, profesor de astronomía de Cambridge, y Fred Hoyle, especialista en astrofísica del Californian Institute of Technology. Su tesis es que, para un observatorio ubicado en el centro de la construcción, los megalitos se observan en líneas de mira para realzar fenómenos astronómicos. Los círculos de agujeros corresponderían al sistema simple de una máquina calculadora gigantesca y primitiva pero de una precisión sorprendente.

Impresionante vista de un atardecer en Stonegenhe. ¿Fué construído como un observatorio?
El anillo de los agujeros de Aubrey se relaciona con el ciclo de los eclipses lunares: Hawkins muestra incluso que corriendo cada año seis piedras de un agujero se pueden prever todos los eventos lunares para períodos muy largos. Finalmente, distintos ángulos entre las piedras solitarias definirían los solsticios y los equinoccios, las salidas y las puestas del Sol y de la Luna.

Los razonamientos de Hawkins y Hoyle, incontestables en el plano astronómico, son sin embargo criticados por los arqueólogos. La multiplicidad de épocas de construcción parece contradecir la teoría de un observatorio construido con conocimiento de causa.

¿Pero por qué el mismo objetivo no habría podido ser perseguido durante varios siglos, con un perfeccionamiento progresivo del sistema? Además, la simbología del círculo (el Sol) y la de la herradura (el menguante de la Luna) abogan en favor de los astrónomos. Parece que hoy día no existirían contradicciones entre las constataciones de los arqueólogos y los astrónomos y, en todo caso, muchos concuerdan en reconocer que la precisión en los emplazamientos de los megalitos es demasiado grande para ser solo fruto del azar.
Las piedras de Stonehenge son tan grandes que se diría que fueron levantadas por una raza de gigantes desaparecidos después de los primeros tiempos. Una tradición relaciona estos gigantes míticos a otro pueblo igualmente legendario: los hiperbóreos.

En la mitología griega, los hiperbóreos, que adoraban al dios Apolo, habitaban en el extremo norte de Europa. El historiador Diodoro de Sicilia (siglo I a.C.) evoca incluso un sitio que podría ser Stonehenge: "Hay en la isla un recinto de Apolo y un templo ilustre, (...) los encargados son llamados boreades (...). El dios visita la isla cada 19 años, período durante el cual las estrellas vuelven a estar en el mismo lugar en el cielo".

De hecho, los hiperbóreos son probablemente los iberos, ya que es en Portugal donde se encuentran las primeras alineaciones megalíticas. Una migración diseminó a este pueblo a lo largo de las costas (golfo de Gascuña, Bretaña) hasta Irlanda e Inglaterra, donde erigieron por primera vez un fantástico círculo de piedras.
Los emplazamientos megalíticos son numerosos a través de Europa (la península Ibérica, Westfalia, Hesse, la cuenca parisina, Provenza, Bretaña...), pero la mayoría son identificados como sepulturas. En Antequerra (Andalucía, España) como en New Grande (Irlanda) o en Castelet (Provenza), túmulos y dólmenes encierran siempre una o varias cámaras funerarias.

Sin embargo, al igual que Carnac, Stonehenge escapa a la regla. Ni pasillos ni cámaras funerarias: el monumento tiene ciertamente otro fin. Fuera de la hipótesis del observatorio astronómico, las explicaciones más diversas han sido propuestas.

Stonehenge sería un gigantesco generador de energía, un "nemetón" (lugar sagrado), no dudan en afirmar los seguidores de la tradición druídica. Astos forman una cadena humana alrededor del monumento cada solsticio para captar esta energía y cargarse de ella, siguiendo un ritual creado artificialmente en el siglo XIX.

¿Un puerto espacial para OVNIs? Esta es la tesis desarrollada por los espíritus más osados. La posición de las piedras correspondería entonces a un balizaje a ser ubicado desde el espacio. ¿Por qué no?, responden los ingenieros de la NASA..., ¡si es que se pueden imaginar platillos voladores tallados en piedra y forrados con pieles de animales!

De verdad pisamos la Luna?

Casi 38 años después del alunizaje del Apolo 11, todavía hay quienes dudan de la autenticidad de varias fotografías tomadas. ¿Fue un montaje para ocultar las ruinas extraterrestres?. El 20 de julio de 1969, más de 600 millones de personas -la quinta parte de la población mundial- contemplaban con reverencia como Neil Armtrong se convertía en el primer hombre que pisaba la Luna.

En Abril de 1970, el mundo contuvo la respiración cuando el Apolo 13, averiado, regresaba a la tierra tras su fallido intento de alunizaje. Pero el interés de la opinión pública por la carrera espacial ya había disminuido y continuó decayendo durante las siguientes misiones. Los últimos hombres que se posaron sobre la Luna fueron los astronautas del Apolo 17, en diciembre de 1972. Pero incluso antes de esto, aparecieron varias teorías que hablaban de una falsificación, la más radical de las cuales afirmaba que la NASA había inventado todos los alunizajes, es decir, que el hombre nunca había estado en la Luna


¿Miente la cámara?


Algunos investigadores que estudiaron las fotografías sugirieron que la NASA podría haber ocultado algo. Posiblemente las famosas Ruinas Lunares. Según algunos, en las verdaderas fotografías se hubieran visto a los astronautas con ruinas de una civilización alienígena a sus espaldas. Por ello, se han examinado especialmente seis fotografías de las misiones Apolo clave -supuestamente tomada por los astronautas con cámaras sujetas al pecho y sin emplear otra luz que la del Sol-, en busca de evidencias que confirmasen esas teorías de fraude.



Las polémicas fotos de la NASA




Apolo 11: Esta foto de Neil Armstrong y Buzz Aldrin fue tomada por una cámara de 16mm montada en el Módulo Lunar. La sombra de Aldrin es bastante más larga que la de Armstrong. Como la única luz en la Luna y la única fuente luminosa empleada por la NASA procedía del sol, no deberían haberse creado unas sobras tan desiguales.


Apolo 11: Aldrin esta de píe con el sol detrás de el. Pero se puede ver con detalle su traje espacial. Debería ser mucho más oscuro y menos visible, porque, en la luna, el contraste entre luz y oscuridad en mucho mayor.Se observa un objeto extraño reflejado en el visor de Aldrin. Algunos piensan que era un helicóptero o una estructura de vidrio de 12 metros.

Apolo 14: El Módulo Lunar no dejo ningún cráter o huella de alunizaje entre sus patas. Debajo del Módulo Lunar hay una pisada donde no debería estar. Se puede ver claramente las palabras United States, aunque están en la sombra. Aldrin dijo que en la Luna no hay refracción de la luz, lo que indica que se uso otra fuente luminosa.


Apolo 11: Según la NASA, la extraña silueta que aparece en la foto, tomada desde el Módulo Lunar a 95km de la superficie lunar, era la sombra del Módulo. Pero cuando un avión de gran tamaño vuela a baja altura sobre la Tierra, no proyecta sombras tan enormes y definidas.


Apolo 12: En la foto aparece Alan Bean sosteniendo un contenedor de muestras. Se ve claramente la parte superior del casco cuando no debería verse. Las sombras en el visor, tienen varias direcciones y no son paralelas, lo que indicaría que hay otra fuente luminosa.
Apolo 16: En esta foto se puede ver una de las marcas (cruces) de la fotografías quedar detrás de un dispositivo del vehículo lunar. En una roca se puede leer la letra C. Las huellas del vehículo muestran un giro en L, algo imposible a menos que un grupo de personas giraran el vehículo.



Apolo 16: Maria Blyzinky, directora de astronomía del observatorio de Greenwich (Londres), afirma que en la luna, a falta de atmósfera las estrellas son totalmente visibles y tienen mayor brillo. Pero en esta imagen, no se ve ninguna. La NASA se defiende diciendo que la luz solar era tan intensa que anulaba el de las estrellas.Si observa con detalle, las sombras son muy claras, permitiendo ver detalles del astronauta e incluso una insignia de Estados Unidos en la parte lateral del Modulo Lunar, esto es solo posible si estuvieran iluminados desde varios ángulos.

El misterio de Tunguska

En la mañana del 30 de junio de 1908 una gran bola de fuego asoló la región siberiana de Tunguska, el cual fue un acontecimiento tan excepcional que suscitó una controversia que todavía prosigue.

Las explicaciones al respecto entran en el reino de lo extraño, incluida la notable hipótesis según la cual el fenómeno fue causado nada menos que por un aterrizaje de emergencia de una nave espacial movida por energía nuclear, tal vez de origen extraterrestre.

Las explicaciones al respecto entran en el reino de lo extraño, incluida la notable hipótesis según la cual el fenómeno fue causado nada menos que por un aterrizaje de emergencia de una nave espacial movida por energía nuclear, tal vez de origen extraterrestre.

La zona en la que cayó el objeto, en el valle del río Tunguska Pedregoso, estaba escasamente poblada por los tunguses, pueblo nómada de origen mongol dedicado al pastoreo de renos. Cerca del centro de la explosión, al norte de Vanavara, varios tunguses fueron lanzados al aire por la explosión, y sus tiendas fueron arrebatadas por un viento violentísimo. A su alrededor, el bosque empezó a arder.

Cuando los asombrados tunguses inspeccionaron cautelosamente el lugar de la explosión, encontraron escenas de terrible devastación. En un circulo de 30 kilómetros, los árboles habían sido derribados como cerillas de madera y el calor intenso producido por la explosión había fundido objetos metálicos, destruido almacenes y reducido varios renos a cenizas.

No quedaba en aquella zona ningún animal vivo, pero, milagrosamente, ningún ser humano murió a consecuencias del desastre. Se dijo también que había caído en aquellos lugares una misteriosa "lluvia negra". Los efectos de la explosión de Tunguska fueron vistos y sentidos en un radio de más de mil kilómetros, incluso se dice que en el resplandor de la explosión se pudo observar desde la ciudad de Londres.
Informes procedentes del distrito de Kansk, a 600 kilómetros del punto en que se produjo el estallido, describieron sucesos tales como barqueros precipitados al agua y caballos derribados por la onda expansiva, mientras las casas temblaban y los objetos de loza se rompían en sus estantes. El conductor del Transiberiano detuvo su tren temiendo un descarrilamiento, al notar que vibraban los vagones y los rieles.

Otros efectos fueron percibidos en lugares muy distantes del globo, pero su causa permaneció ignorada durante largo tiempo, ya que la noticia de la bola de fuego y de su explosión no llegó a oídos del gran público hasta pasados varios años. En toda Europa se registraron ondas sísmicas parecidas a las de un terremoto, así como diversos trastornos en el campo magnético terrestre.

Más tarde, los meteorólogos hallaron en los registros de sus microbarógrafos que las ondas atmosféricas producidas por la detonación habían dado dos veces la vuelta a la Tierra.
En gran parte de Europa y Asia occidental la noche quedó extrañamente iluminada después de la caída de la bola. Informes procedentes de estos lugares hablan de noches cien veces más luminosas de lo normal, y de unas tonalidades carmesíes en el cielo, semejantes al resplandor de un incendio, hacia el norte. Estas extrañas luces no titilaban ni formaban arcos, como ocurre con las auroras boreales; eran semejantes a las que se produjeron tras la explosión del volcán Krakatoa, que inyectó inmensas nubes de polvo en la atmósfera.
Cuando tuvo lugar el fenómeno de Tunguska, en Rusia se iniciaba un periodo de grandes inquietudes políticas, y la prensa nacional no dio ningún relieve a lo que se consideró como un hecho sin importancia en un lugar remoto del imperio. A pesar de la naturaleza excepcional del suceso de Tunguska, las noticias sobre el mismo permanecieron enterradas en las redacciones de los diarios locales siberianos hasta 13 años después, cuando recibió noticias de lo sucedido el minerólogo soviético Leonid Kulik. Después de contemplar la zona de la explosión desde un risco, Kulik escribió:
"Desde nuestro punto de observación no se ven señales de bosque, ya que todo ha sido devastado e incendiado, y alrededor del borde de esta zona muerta la joven vegetación forestal de los últimos veinte años ha avanzado impetuosamente, en busca de luz solar y de vida. Se experimenta una extraña sensación al contemplar estos árboles gigantescos, de 50 a 75 centímetros de diámetro, quebrados como si fuesen ramitas, y sus copas proyectadas a muchos metros de distancia en dirección sur".

Según la teoría más popular, un cometa se asemeja a una especie de bola de nieve formada por gas y polvo helados. Los cometas antiguos pierden el gas hasta convertirse simplemente en unas "bolsas" de rocas de baja densidad. Semejante objeto bien puede convertirse en una bola ardiente a causa de la fricción que experimenta al penetrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, hasta disgregarse mediante una explosión cuando la fuerza de esta acción de frenado supera su propia cohesión.

La explosión en pleno aire de este objeto explicaría la ausencia de cráter y de fragmentos meteóricos en Tunguska. Sin embargo, los críticos de la teoría del cometa argumentan que, antes de la explosión de Tunguska, nadie había detectado cometa alguno en el firmamento.

Hubo incluso rumores de radiaciones mortíferas en el lugar. Uno de los personajes del cuento de Alexander Kazantsev habla de un hombre que, poco después de examinar la zona devastada de Tunguska, murió entre terribles dolores, como si lo consumiera un fuego invisible. "Sólo podía tratarse de radiactividad", explica el personaje de la obra.

En realidad, no existe ningún informe según el cual alguien muriese a consecuencia de la explosión de Tunguska, pero los tunguses explicaron que los renos de aquella zona presentaron costras en su piel, cosa que ciertos escritores modernos, como Baxter, han atribuido a quemaduras causadas por radiación.
Hoy día, aún sigue siendo un misterio...

El Arca De La Alianza

Uno de los misterios que más apasiona a los arqueólogos es el concerniente al destino del, Arca de la Alianza.

Pero antes de adentrarnos en teorías y conjeturas hagamos un repaso histórico de los hechos narrados por la Biblia y empecemos por preguntarnos ¿qué es era el Arca de la Alianza?, ¿acaso estaba inspirada en las instrucciones divinas de Dios?, o ¿eran sus milagros el resultado de una tecnologías desconocida y pérdida en el tiempo?,¿qué pasó con ella?

El Arca es un enigma en sí mismo, sin embargo apegándonos al texto bíblico podemos obtener diversas conclusiones sobre su naturaleza y destino final.

Cuando Dios le dio a Moisés los 10 mandamientos en el Monte Sinaí, lo cual los estudiosos establecen que debió ser aproximadamente en el año 1400 a.C., también le instruyó para que construyera el Arca con la finalidad de no solamente contener las Tablas de la Ley, sino para a través de ella conversar directamente con Moisés y su pueblo. Pero lo más asombroso de todo, es que el texto en el que se describe el Arca es uno de los más detallados, de hecho son las instrucciones más precisas que se dan en la Biblia.

Del Arca se dice en las sagradas escrituras que era el vehículo de comunicación de Dios con Moisés, pero además era el lugar en que Dios se presentaba en la Tierra manifestándose en la forma de una nube que aparecía entre los querubines de la cubierta del Arca.

También no cualquiera podía portar el Arca, de hecho quienes la llevaban eran los Kohatitas (hijos de Kohat) quienes eran un subclan de la tribu de Levi, a la cual pertenecía Moisés. Las tradiciones narran que solamente personas puras de corazón o que se hubieran purificado previamente podían acceder al aposento del Arca.

Han transcurrido más de 25 siglos desde que el Arca estuvo por última vez en el Templo de Salomón, la geografía política y étnica de esos lugares han tenido grandes transformaciones, Israel por su estratégico emplazamiento ha sido objeto de conquistas a lo largo de todo este tiempo. Distintas culturas han dejado plasmada su influencia en su gente, cultura, arquitectura y naturaleza. Aunado a lo anterior, la falta de un registro histórico en aquel período dificultan el poder seguir el destino que sufrió el Arca después de la captura y destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor en el siglo VI a.C. Todo lo que pueden hacer los hombres que se han dedicado a investigar este misterio es conjeturar acerca del paradero del regalo de Jehová al pueblo israelita.

Viaje astral

Un viaje astral es la separación del cuerpo físico y el cuerpo astral. Esta separación es muy parecida a la muerte, muchas de las personas que han permanecido muertas clínicamente durante algunos minutos lo han experimentado conscientemente. Pero no hace falta estar al borde de la muerte para experimentarlo. Algunas personas lo experimentan de forma espontánea cuando están perfectamente despiertas, sin proponérselo siquiera, mientras que otras se pasan la vida buscando en vano dicha experiencia y lo mas que consiguen, después de ayunar y de meditar durante años, es una potente proyección mental.

Durante la realización de un viaje astral las limitaciones físicas parece que pueden superarse. La persona puede desplazarse a miles de kilómetros de distancia de forma instantánea, ve lo que sucede y lo describe con increíble exactitud. Los ejemplos de esta clarividencia provocada por experiencias fuera del cuerpo son innumerables. La Sociedad de Investigaciones Psíquicas británica cuenta en sus archivos con numerosos casos comprobados, que incluyen incluso la resolución de un crimen gracias a un testigo que presenció el robo y muerte de un hombre, mientras se encontraba fuera de su cuerpo.

Lo más corriente es que las personas que se encuentran realizando un viaje fuera del cuerpo se comporten como fantasmas; pueden ver pero no ser vistos, ni intervenir físicamente donde se encuentran.

Aunque esto no siempre es así. Hay personas que afirman haber visto figuras espectrales de familiares y conocidos, que después se comprobó que estaban bien vivos, aunque dormidos, cuando se produjo el fenómeno. En ocasiones, la aparición de esos supuestos espectros se produce durante la agonía de la persona, como si quisiese despedirse de sus allegados por última vez. Los expertos los llaman "fantasmas de los vivos" y su presencia obedece a desdoblamientos astrales.

Durante un viaje extracorporal se pueden recorrer grandes distancias y atravesar todo tipo de obstáculos, pero también hay ocasiones en que el viajero astral no puede atravesar una simple pared, y tiene que salir por la puerta, como una persona física.

Algunos pasajes de literatura religiosa parecen confirmar esta similitud entre la muerte y las Experiencias Extracorporeas. De algunos fragmentos de la Biblia podría deducirse que la muerte es allí descrita como la rotura de «un cordón de plata» que une el «otro» cuerpo al cuerpo físico, como por ejemplo se menciona en Eclesiastés 12. En otras religiones como la hindú o el budismo esta aún más arraigada esta idea y prácticamente en todas las culturas han existido "Chamanes" o Hechiceros que afirmaban tener Experiencias Extracorporeas.

A veces el mundo físico visto en una EEAC no se corresponde mucho con la realidad. Puede que se añadan cosas con significado simbólico, como por ejemplo rejas en las ventanas para evitar la huida, o una especie de luminosidad en torno a los objetos.

Sentir que uno sale fuera de su cuerpo debe ser, a todas luces, una experiencia impactante. Viajar hasta lugares lejanos, ver cosas que se escapan a la percepción habitual, y hasta sentir que se es algo más que cuerpo físico, son algunas de las realidades a las que es posible acceder cuando la mente se libera del cuerpo. Se trata de un fenómeno vivido no sólo por místicos, chamanes y personas que han sentido de cerca la muerte, si no por gentes normales en situaciones corrientes.

Una súbita sensación de ligereza invade el cuerpo. Y antes de terminar de acostumbrarse, los ojos comienzan a percibir la habitación de modo diferente.

Ya no está tendido en la cama, sino muy cerca del techo. O al menos eso parece. Al girar la vista, surge una visión estremecedora: tendida sobre la cama se encuentra una persona a la que uno conoce muy bien... demasiado bien. La primera sorpresa es verse a sí mismo acostado, mientras que el auténtico yo se encuentra flotando en la habitación. Después ya no hay prácticamente límites a lo que puede pasar. Ir a visitar a un amigo al otro lado de la ciudad, viajar a lejanos países, ver lo que pasa en la habitación de al lado, o incluso reunirse con algún pariente que falleció hace cierto tiempo...

La casa sangrante

En los meses de verano del año 1985. la casa de la familia Castaño fue titular en los periódicos.
Los titulares eran: “Extraña aparición de sangre en una vivienda”, “Que nadie se ría, la sangre a brotado de las paredes y suelo” y cosas así. La familia Castaño vivía en el nº 28 de la C/ Gabriel y Galán en la localidad de Arroyo de la Luz en Cáceres.
Esta aparición de sangre en las paredes de la casa, apareció durante la madrugada del 9 al 10 de Agosto. El padre de dicha familia se llamaba Eleuterio Castaño y vio como por el suelo y las paredes de su casa brotaba un líquido rojizo brillante ante sus ojos, “la casa estaba sangrando”.
Eleuterio no podía creer lo que estaba viendo, estaba aterrado por la escena y llamo directamente al cuartelillo de la Guardia Civil. Cuando estos llegaron el fenómeno había cesado, pero en las paredes y suelo había mucha sangre. La Guardia Civil no sabía que hacer así que llamaron al alcalde que en breves minutos se presento en la casa. El alcalde decidió llamar al médico del pueblo con el fin de que atendieran a algunos miembros de la familia que estaban en autentico estado de shock . El médico declaró que entro en la casa y asistió a una mujer que estaba muy nerviosa y que nadie se ría porque la sangre brotaba de las paredes de la casa.
La conmoción era evidente entre los vecinos de Arroyo de la Luz y los curiosos se acercaban a la casa para ver algo que no podían creer, entre ellos Enésimo Tato que contaba que esa madrugada él estaba en Guadalupe por que era el día grande de Extremadura. Y que al día siguiente se presento allí y pido comprobar como efectivamente había sangre en las paredes y suelos de la casa, ya a esas horas seca, pero allí estaba. Contó que en algunos pueblos hablan y comentan que la sangre puede ser de las tuberías por que cerca había un matadero de cerdos, el tema es que si fuera así la causa de la sangre quedaría justificada, pero desde hace tres años el matadero no ejerce.
Los vecinos decían que la sangre era de una de las hijas que había tenido un aborto, otros decían que eran seres del más allá que estaban intentando comunicarse con nosotros.
Fuera cual fuera el motivo por el cual la sangre había brotado en casa de los Castaño el Señor Eleuterio zanjo el asunto de raíz y sin dar explicación alguna a nadie. Al poco tiempo “La casa sangrante” cayó en el olvido y nadie volvió a comentar nada sobre ella.



Cortijo Jurado

Seria casi un milagro encontrar a un solo habitante de la provincia de Málaga, España que no haya sentido admiración y respeto, al pasar ante la estructura de este imponente vestigio del siglo XIX. Todavía recuerdo que en mi niñez, soñaba con llegar a ser algún día el dueño de esa misteriosa “mansión”, situada en un lugar tan privilegiado. Quien me iba a decir que en años posteriores, llegaría a ser invitado de excepción de las sombras de un turbulento pasado, y que lograría penetrar en cada uno de sus rincones accesibles.

 Y digo accesibles, ya que el verdadero misterio radica en lo oculto.Como decía, es imposible pasar por la autovia en dirección a cualquier pueblo, sin que nuestra vista se pose en el conocido hoy día como Cortijo Jurado. Su asentamiento esta ubicado en el pueblo malagueño de Campanillas, al oeste de Málaga capital, en el valle que forman los ríos Guadalhorce y Campanillas.Esta zona, para situarnos, esta delimitada al norte por el término municipal de Almogía, al suroeste por el de Alhaurin de la Torre, al oeste por el de Cártama, y al Sur por el río Guadalhorce.Pero ustedes dirán que por qué me extiendo tanto al hablar de un simple cortijo en ruinas. Seguro pensarían de otra forma si pusieran un pie en el pueblo y preguntaran sobre el asunto, y se llenaran como yo de los misterios y leyendas que envuelven a la finca y a los que en ella se adentran.

Hacia años que a mis oídos había llegado una confusa leyenda, que me hablaba de pasadizos subterráneos, de maquinaria de tortura, etc... Una serie de datos diversos, confusos y difíciles de demostrar. De entre ellos, la historia que más protagonismo cobraba, era la relativa a un túnel bajo tierra, que uniría al edificio con un lugar insospechado, y con motivos aun más insospechados. Algunos indicaban que ese acceso llegaba a la autovia, otros al río, y otros al pueblo de Cártama.Y en base a eso, mis primeras indagaciones fueron dirigidas a la posibilidad de que ese túnel fuera real. Y los datos que el pueblo de Campanillas me ofreció, o mejor dicho sus habitantes, fueron increíbles, ya que demostraba al menos que la idea, la leyenda, estaba totalmente impresa y perenne en las mentes de todos.Veamos dos de las teorías más generalizadas.“Sobre ese asunto, el del túnel, he oído mucho, aunque lógicamente yo no he entrado. Pero al parecer ese pasadizo lo cerraron hace mucho, mucho tiempo.

Una vez me dijeron que en los subterráneos se encontraron gran cantidad de maquinaria como de tortura, y que el túnel une el Cortijo Jurado con el Cortijo Colmenares. Al parecer habían ciertas cosas que preferían trasladar fuera de la vista de los curiosos, y lo hacían a través de ese misterioso conducto.Pero lógicamente, con el transcurso del tiempo y las lluvias, lo mas seguro es que esté completamente obstruido. La única parte que podría ser visible es la que esta bajo el propio Cortijo Jurado, pero como te decía, oí que hace mucho tiempo fue tapada. Lo mas probable es que cuando hagan obras de reforma y descubran lo que hay debajo, lo “borren de un plumazo”, ya que lo último que querrían es que los medios de comunicación se hagan eco de una noticia tan morbosa como esa. Estoy convencido que lo que descubran, volverán a taparlo”El caso es que opiniones como estas las pude encontrar, como quien dice, “a patadas”. Y todas hablaban de lo mismo : un subterráneo, un túnel que unía Cortijo Jurado con otro cortijo situado a un par de kilómetros, y a unos extraños movimientos de transporte a través del túnel que tenían relación con ciertos actos violentos a personas.El asunto tomaba de esta forma un cariz distinto del que en principio sospechaba, ya que a la capital no había llegado la plenitud de la leyenda.Pero la otra pieza del puzzle de las sospechas, nos llegó de manos de Manuel, uno de los cabreros de la zona, que hoy día continua llevando a pastar a su rebaño a los extensos terrenos cultivados del Cortijo Jurado.“La historia a la que te refieres, ya la conozco no de mi padre o de mi abuelo, sino de mi propio bisabuelo. Me contaba que en sus años de juventud, desaparecían en el pueblo algunas señoritas que paseaban por esta zona, y de las cuales no se volvía a saber nada.Se sospechaba que las violaban, las torturaban y las mataban después. Estos actos sangrientos eran llevados a cabo por los señoritos de la alta sociedad que habitaban en el cortijo, y que a fuerza de dinero, lograban hacer callar a las autoridades locales.Después, una vez que realizaban los crímenes, y para evitar ser vistos, transportaban los cuerpos de las víctimas a través del túnel, para después deshacerse de ellos en el Cortijo Colmenares, también de su propiedad, y totalmente apartado de la gente del pueblo”`La pieza a la que me refiero no es ya el supuesto motivo de la construcción del túnel y el secretismo en el que se vio envuelto, sino el tener a mi alcance un dato fundamental en mi investigación : la existencia y la relación con el presente caso del Cortijo Colmenares. Un nuevo lugar en el cual buscar pistas de la existencia de ese túnel.

El cordero

En un pueblecito de Extremadura, España hace ya varios años, había un buen hombre conocido como Bernardo, el cual se dedicaba al pastoreo por aquella zona y tenía un pequeño rebaño en el monte.

Todos los días tenía que ir a recogerlo y, como un día cualquiera, metió a todos los animales en un corral de madera que tenía allí al lado.
Al terminar su labor, el hombre bajó de nuevo a casa, como todos los días, montado en un burro.

Estaba anocheciendo, y rumbo a casa, Bernardo escuchó un ruido y se paró. Vio que un cordero estaba en medio del camino y el hombre pensó que se habría extraviado del resto del ganado y que lo podría llevar a casa para protegerlo de los lobos y del frío de la noche, entonces lo cogió y lo montó detrás de él, en su burro, y ambos continuaron su recorrido.

En el camino, con el cordero detrás de él, Bernardo escuchó como que algo arrastraba por el suelo. De repente, el hombre miró hacia abajo para ver lo que era, y cual fue su sorpresa al descubrir que aquellas patitas cortas y blancas del cordero se habían convertido en unas enormes zarpas que iban arrastrando por la arena.

Al ver esto Bernardo exclamó:
—¡Coño, cómo le han crecido las patas a este bicho!
Cuando una voz grave contestó:
¡Y MÁS ME HAN CRECIDO LOS DIENTES!


Al oír esto, su cara se desencajó sintiendo un escalofrío que le recorría su nuca y poco a poco fue girando su cabeza para averiguar en qué se había convertido la criatura.

Entonces vio algo increíble: la cara del tierno cordero se había transformado en una cara demoníaca. Sus ojos eran rojos, unos ojos que le miraban fijamente. Sus dientes afilados parecían cuchillas.

Fue entonces cuando Bernardo alzó su mano empujando a aquel ser sobrenatural y arrojándolo al camino.
Cuando llegó a casa, tenía el rostro pálido y aterrorizado. No habló durante varios días, hasta que una tarde se decidió a contar lo que le había sucedido, pero las personas del pueblo no le creyeron, incluso algunas le tomaron por loco.

Desde aquella noche Bernardo no volvió a ser el mismo, y dos meses después, el pobre hombre se suicidó tirándose por un acantilado. Y no solo eso, porque su única hija, años más tarde, se suicidó arrojándose por el mismo acantilado, tal y como hizo su padre.

Nunca conoceremos lo que le ocurrió a Bernardo allí arriba, pero hay gente que asegura que lo que vio aquella noche era el mismísimo Diablo.

Pero quizá lo más intrigante de esta historia es que no es una simple leyenda. Os puedo asegurar que ocurrió.

La Sayona

Esta es una historia típica de los llanos venezolanos.

Cuenta la historia que hace mucho tiempo, vivía una mujer muy hermosa, llamada Melisa. desde chiquita melisa había sido muy celosa.melisa creció, y se casó con un maravilloso hombre quien era incapaz de herir a nadie.pronto tuvieron un hermoso hijo.pero en su pueblo, había un hombre de mala fe, mentiroso y mujeriego que se enloquecía por ella. este la espiaba cada día mientras ella nadaba desnuda en el río, hasta que ella un día lo descubrió.

¿Qué haces aquí espiándome?, de ti me lo podía esperar ,a lo que este contesto,no, yo vine a advertirte, mujer, que tu hombre te esta cambiando por otra, tu marido te esta traicionando con tu propia madre. algo totalmente incierto.al oír esto melisa palideció de repente y salió corriendo hacia su casa, al llegar encontró a su esposo y a su hijo, llena de celos, prendió fuego a su propia casa en la cual se encontraba su esposo y su bebe de 9 meses, desde lejos se podían escuchaban los llantos del bebé y los gritos del esposo pero para cuando llegaron los vecinos ya era demasiado tarde.

Mientras los vecinos se lamentaban Melisa ya había llegado a casa de su mamá, a la cual le contó lo que había hecho y porque lo hizo, la madre horrorizada diciéndole que ella no la había traicionado mientras huía hacia el patio, pero no pudo escapar y melisa la atacó con un machete dándole tres cuchillazos en el vientre, ésta antes de morir dijo: jamás te mentí, y tu cometiste el peor pecado, matar, pero yo te condeno sayona.desde entonces se cuenta en el pueblo que a los hombres mujeriegos se les aparece una hermosa mujer, quien les pide que le enciendan un cigarro, pero no lo hagan porque al hacerlo verán su espectral rostro, el rostro de la propia muerte y si no mueren del susto al ver esta horrenda cara, ella los acosará tomando diversas formas hasta producirles un infarto hacer que se caigan por un barranco o cualquier otra horrenda muerte. En mexico se la conoce como la LLorona

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