La casa sangrante

En los meses de verano del año 1985. la casa de la familia Castaño fue titular en los periódicos.
Los titulares eran: “Extraña aparición de sangre en una vivienda”, “Que nadie se ría, la sangre a brotado de las paredes y suelo” y cosas así. La familia Castaño vivía en el nº 28 de la C/ Gabriel y Galán en la localidad de Arroyo de la Luz en Cáceres.
Esta aparición de sangre en las paredes de la casa, apareció durante la madrugada del 9 al 10 de Agosto. El padre de dicha familia se llamaba Eleuterio Castaño y vio como por el suelo y las paredes de su casa brotaba un líquido rojizo brillante ante sus ojos, “la casa estaba sangrando”.
Eleuterio no podía creer lo que estaba viendo, estaba aterrado por la escena y llamo directamente al cuartelillo de la Guardia Civil. Cuando estos llegaron el fenómeno había cesado, pero en las paredes y suelo había mucha sangre. La Guardia Civil no sabía que hacer así que llamaron al alcalde que en breves minutos se presento en la casa. El alcalde decidió llamar al médico del pueblo con el fin de que atendieran a algunos miembros de la familia que estaban en autentico estado de shock . El médico declaró que entro en la casa y asistió a una mujer que estaba muy nerviosa y que nadie se ría porque la sangre brotaba de las paredes de la casa.
La conmoción era evidente entre los vecinos de Arroyo de la Luz y los curiosos se acercaban a la casa para ver algo que no podían creer, entre ellos Enésimo Tato que contaba que esa madrugada él estaba en Guadalupe por que era el día grande de Extremadura. Y que al día siguiente se presento allí y pido comprobar como efectivamente había sangre en las paredes y suelos de la casa, ya a esas horas seca, pero allí estaba. Contó que en algunos pueblos hablan y comentan que la sangre puede ser de las tuberías por que cerca había un matadero de cerdos, el tema es que si fuera así la causa de la sangre quedaría justificada, pero desde hace tres años el matadero no ejerce.
Los vecinos decían que la sangre era de una de las hijas que había tenido un aborto, otros decían que eran seres del más allá que estaban intentando comunicarse con nosotros.
Fuera cual fuera el motivo por el cual la sangre había brotado en casa de los Castaño el Señor Eleuterio zanjo el asunto de raíz y sin dar explicación alguna a nadie. Al poco tiempo “La casa sangrante” cayó en el olvido y nadie volvió a comentar nada sobre ella.



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