La fotografía, se enmarca en las coordenadas Latitud 57°12′52.13”N y longitud 4°34′14.16”W
Un guarda de seguridad británico capturó esta semana con Google Earth una imagen del posible monstruo del Lago Ness, en Escocia (Inglaterra).
La fotografía, que se enmarca en las coordenadas Latitud 57°12′52.13”N y longitud 4°34′14.16”W, podría tratarse de una simple embarcación, aunque según los expertos, la figura es similar a una criatura sobre la superficie del agua, una mancha alargada y blanca a 500 metros de la orilla.
Según publica el ‘Daily Telegraph’, el investigador del proyecto del Lago Ness, Adrian Shine, tildó estas nuevas imágenes de “realmente intrigantes” y por ello destacó que es necesario realizar una importante investigación al respecto.
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Para Adrian Shine, investigador del Lago Ness, es “un hallazgo bastante interesante, digno de estudio”. Y por este interés, Google ha decidido enviar las imágenes a la institución que cuida de las aguas del Ness para que las analicen. Sin embargo, según el Telegraph, un buen puñado de científicos ya han dicho que de monstruo nada de nada, que esto no es más que una ilusión del agente en cuestión. Algo con lo que emocionarse una bonita tarde de verano, vaya. De ahí que el periódico se pregunte: ¿Por qué estamos tan obsesionados con encontrar al monstruo?
Dos siglos de teorías
La respuesta es difícil, porque desde 1885 ha habido personas que han dicho haberlo visto. El honor de haber alimentado el mito sobre la existencia de un monstruo en el Lago Ness se le debe a Roderick Matheson, que lo describió como la cosa más grande que había visto en su vida, cuyo cuello tenía una melena parecida a la de los caballos.
Diez años después, en 1895, un pescador dijo haber visto asomarse por el lago a una “bestia enorme y horrible”. Pero hasta un siglo después, nadie volvió a verlo. En 1996 un satélite de la NASA localizó algo “espeluznante” en el lago. Sensación parecida a la que debió tener el capitán de un barco que en 2003 vio cerca de las dos del mediodía un animal de unos 1000 pies de longitud surcando las aguas a unos 56 kilómetros por hora. Un año después, unos veraneantes, redujeron el tamaño del bicho a los 200 pies. Eso sí, según su versión, el monstruo estaba nadando bien cerquita de la orilla.
Y ahora, de nuevo la tecnología, nos ofrece una intrigante mancha en el agua que más se asemeja a un calamar gigante (otra de las leyendas de animales submarinos aterradores) que a la enorme, espeluznante y horrible bestia con el cuello largo y curvado y melena de caballo.
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