El interior del cementerio de Talaván en Cáceres, España esconde un secreto en el interior de su ermita devorada por la vegetación. Unas terroríficas pinturas parecen prevenir al visitante. Algo temen los vecinos porque hace mucho que no se acercan por aquí.
Buscamos en los archivos del Ayuntamiento alguna pista que nos indique por qué se pintaron esos ángeles malos pero no la hayamos. Sea cual sea el origen de estos rostros dentados se ha perdido en el tiempo. El estado de abandono dificulta el acceso a la capilla. Impresiona contemplar en vivo a esas criaturas coronadas con un extraño gorro, una especie de San Benito o capirote burlesco. En la cúpula se puede leer una fecha: 1628 y un texto en latín del profeta Isaías: “Fue ofrecido porque él lo quiso” y continúa: “Y el cargó con nuestros pecados”. En el exterior de la capilla, en los muros encontramos extrañas representaciones antropomorfas. Desde nuestra óptica es difícil desencriptar el mensaje ¿Qué son esos ángeles malos? El símbolo de Talaván es el barquero, significa el tránsito entre este mundo y el otro. Tal vez sea una casualidad o parte del misterio.
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