El escenario fue la granja Johnson en Delphos, Kansas. A las 7 de la tarde, Durel Johnson y su mujer habían terminado de cenar, y su hijo Ronnie volvía de dar de comer a las ovejas. Ronnie informó que había oído un estruendo y había visto un ovni en forma de hongo sobrevolando el terreno, a una distancia de 21 m de donde él se hallaba, entre un grupo de árboles cerca de la casa. Lo describió como resplandeciente, con todos los colores del arco iris, proyectando haces de brillante luz hacia el suelo. Ronnie dijo haber quedado ciego y paralizado a raíz del encuentro, lo que se prolongó hasta que el objeto se alejó volando en dirección a la ciudad de Delphos. Hacía sólo quince minutos que había logrado recuperar la vista y moverse, por lo que corrió de inmediato a la casa para contar a sus padres lo sucedido.
Sus padres no querían creerle pero le acompañaron fuera y pudieron entonces ver al ovni que se alejaba hacia el sur. Erna, la madre, lo describió parecido a «una bañera gigantesca».
Los testigos vieron un círculo que resplandecía en la oscuridad y advirtieron que también los árboles cercanos brillaban en el lugar donde el ovni permaneció sobrevolando. El suelo parecía haber sido rociado con un polvo blanco que, cuando fue tocado por el señor y la señora Johnson, les entumeció las yemas de los dedos. La señora Johnson también fotografió el anillo mientras el señor Johnson llevaba a su hijo a Delphos para informar del suceso al periódico local.
Considerando el estado físico en que se hallaba su hijo y las posibilidades que sugería el hecho de haber tocado un polvo que provocaba una parálisis parcial, la decisión de ir a la ciudad a visitar a los reporteros del periódico local en lugar de recurrir a un médico, ha sido un factor que ha restado credibilidad al caso. Se han levantado muchas sospechas en torno al hecho: los Johnson se negaron a informar a la policía sobre el incidente; parecían disfrutar enormemente de la fama y la atención que el episodio les reportaba; recibieron el tan criticado premio de 5.000 dólares concedido por el National Enquirer a la mejor historia sobre ovnis y cuando los extraordinarios informes que se produjeron en los dos años siguientes parecían hacer olvidar su historia, el ovni regresó, convirtiendo la granja Johnson en escenario de hechos aún más extraños. Uno de ellos, y no el de menor importancia, fue que una oveja que no había sido cruzada, parió un cordero que murió poco después. Se invitó a los testigos a someterse a un detector de mentiras, pero se negaron.
El análisis de las huellas en el terreno de la granja reveló la presencia de un raro componente, pero nada que tuviera una explicación no terrestre. Queda la posibilidad de que los testigos inventaran los detalles a partir de la aparición de las insólitas huellas en el terreno, por razones que sólo ellos conocen. Lo cierto es que el caso del anillo de Delphos se ha hecho famoso en los últimos treinta años, debido a la falta de evidencia física real que ofrecen la mayor parte de los casos de ovnis.
Los investigadores modernos se basan no sólo en los testimonios, sino también en la credibilidad de los testigos, y en ese sentido, este caso en particular no puede recibir calificaciones muy altas.
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