La "Plantación Haw Branch" había sido en un tiempo una finca magnífica, con jardines, cuidados céspedes, fosos sin agua y majestuosas chimeneas que llenaban de gracia la casa solariega de preguerras, Pero, en 1964, tras cincuenta años de abandono, la propiedad había ya caído en un estado de grave incuria. Cuando Gibson McConnaughey heredó "New Branch", ella y su marido Carey se pusieron de inmediato a restaurar la finca a su antiguo esplendor.
Sin embargo, muy pronto los McConnaughey comenzaron a escuchar ruidos extraños por toda la casa. A veces el aire traía el aroma de naranjas o de rosas, aunque allí no había ni aquella fruta ni aquellas flores. En una ocasión, además, el marido y la mujer vieron a alguien que llevaba una lámpara mientras salía del granero y se aproximaba a la casa; pero, al acercarse más, sólo pudieron ver la lámpara de queroseno agitándose en el aire.
Tres meses después de haberse mudado a "Haw Branch", el matrimonio y sus hijos fueron despertados en la mitad de la noche por una mujer que gritaba en el desván. Aterrados, aguardaron hasta que se hiciese de día para investigar, pero no encontraron nada a lo que pudiera atribuirse aquel ruido. Los gritos continuaron presentándose a intervalos de seis meses, pero no fue hasta el verano de 1967 cuando Gibson fue testigo de una imagen conectada con la voz.
-Ella no era transparente, sino sólo una silueta blanca- recordó Gibson.
Aunque fue incapaz de discernir los rastros faciales, Gibson se percató de que la aparición llevaba un vestido que le llegaba al suelo, propio de una época pasada. Permaneciendo sólo un momento delante de Gibson, la mujer miró silenciosa a la distancia mientras, de modo repetido, desaparecía y luego reaparecía de nuevo.
En 1969, la familia se había ya acostumbrado a la mujer y a sus fantasmales compañeros. No obstante, la visita semestral de la voz de la mujer comenzó a presentarse con más frecuencia después de la llegada de una reliquia de la familia. El primo mayor de Gibson mandó a los McConnaughey el retrato de una parienta muerta hacía mucho tiempo y llamada Florence Wright. A partir de la descripción recibida, la familia esperaba un retrato en vívidos colores al pastel que representase a Florece en sus años de mocita, poco antes de su repentina muerte. Sin embargo, cuando llegó, los McConnaughey quedaron sorprendidos al observar que la pintura recurría a unos colores de un gris oscuro, castaños y a unos blancos sucios. Incluso así, procedieron a colgarlo encima de la chimenea de la biblioteca.
Luego, en febrero de 1970, el retrato comenzó una transformación. El pelo, negro como azabache, pareció de un tono más claro. En la base del cuadro, una rosa comenzó a transformarse en rosada a partir de su tosco gris. y la piel de Florence empezó a adoptar un matiz muy parecido al natural. En realidad, cada detalle era ahora inexplicablemente brillante y más colorido. A medida que prosiguió el proceso, la imagen de Florence Wright pronto representó a una belleza de ojos azules y pelo rojizo, sentada en una silla de un verde brillante.
Según un psíquico que más tarde examinó el retrato, el espíritu de Florence había quedado encerrado en la pintura en el momento de su muerte. Por lo tanto, tenía el poder de extraer de aquella obra de arte todos sus colores hasta que ella fuese feliz en su nueva localización. Las voces escuchadas en "Haw Branch" eran espíritus amigos que se habían congregado para ayudar a la mujer a recuperar sus perdidos colores. Evidentemente, según opinaba el psíquico, "Haw Branch" con su brillante atmósfera espiritual, llegó a convertirse en un hogar satisfactorio para Florence Wright.
Sin embargo, muy pronto los McConnaughey comenzaron a escuchar ruidos extraños por toda la casa. A veces el aire traía el aroma de naranjas o de rosas, aunque allí no había ni aquella fruta ni aquellas flores. En una ocasión, además, el marido y la mujer vieron a alguien que llevaba una lámpara mientras salía del granero y se aproximaba a la casa; pero, al acercarse más, sólo pudieron ver la lámpara de queroseno agitándose en el aire.
Tres meses después de haberse mudado a "Haw Branch", el matrimonio y sus hijos fueron despertados en la mitad de la noche por una mujer que gritaba en el desván. Aterrados, aguardaron hasta que se hiciese de día para investigar, pero no encontraron nada a lo que pudiera atribuirse aquel ruido. Los gritos continuaron presentándose a intervalos de seis meses, pero no fue hasta el verano de 1967 cuando Gibson fue testigo de una imagen conectada con la voz.
-Ella no era transparente, sino sólo una silueta blanca- recordó Gibson.
Aunque fue incapaz de discernir los rastros faciales, Gibson se percató de que la aparición llevaba un vestido que le llegaba al suelo, propio de una época pasada. Permaneciendo sólo un momento delante de Gibson, la mujer miró silenciosa a la distancia mientras, de modo repetido, desaparecía y luego reaparecía de nuevo.
En 1969, la familia se había ya acostumbrado a la mujer y a sus fantasmales compañeros. No obstante, la visita semestral de la voz de la mujer comenzó a presentarse con más frecuencia después de la llegada de una reliquia de la familia. El primo mayor de Gibson mandó a los McConnaughey el retrato de una parienta muerta hacía mucho tiempo y llamada Florence Wright. A partir de la descripción recibida, la familia esperaba un retrato en vívidos colores al pastel que representase a Florece en sus años de mocita, poco antes de su repentina muerte. Sin embargo, cuando llegó, los McConnaughey quedaron sorprendidos al observar que la pintura recurría a unos colores de un gris oscuro, castaños y a unos blancos sucios. Incluso así, procedieron a colgarlo encima de la chimenea de la biblioteca.
Luego, en febrero de 1970, el retrato comenzó una transformación. El pelo, negro como azabache, pareció de un tono más claro. En la base del cuadro, una rosa comenzó a transformarse en rosada a partir de su tosco gris. y la piel de Florence empezó a adoptar un matiz muy parecido al natural. En realidad, cada detalle era ahora inexplicablemente brillante y más colorido. A medida que prosiguió el proceso, la imagen de Florence Wright pronto representó a una belleza de ojos azules y pelo rojizo, sentada en una silla de un verde brillante.
Según un psíquico que más tarde examinó el retrato, el espíritu de Florence había quedado encerrado en la pintura en el momento de su muerte. Por lo tanto, tenía el poder de extraer de aquella obra de arte todos sus colores hasta que ella fuese feliz en su nueva localización. Las voces escuchadas en "Haw Branch" eran espíritus amigos que se habían congregado para ayudar a la mujer a recuperar sus perdidos colores. Evidentemente, según opinaba el psíquico, "Haw Branch" con su brillante atmósfera espiritual, llegó a convertirse en un hogar satisfactorio para Florence Wright.
este texto fue interesante, y como qe ala vez me parecio...
ResponderEliminarcomo lo puedo describir...
algo hermoso, en sierta forma, x lo que deducen q los "amigos" se quedaron a ayudarle...
bueno, esta es la primera vez q pongo mi comentario, sin embargo tengo algo de tiempo aqui...
Sl2 pasen buena semana
Gracias por tu comentario, esperamos estes a gusto entre nosotros.
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