No mires debajo de la cama

Cuenta la historia que era una chica muy aficionada a las sesiones de ouija. En su pueblo se cuenta que durante una sesión de espiritismo contactaron con un espíritu que le dijo que esa noche no mirara bajo la cama antes de acostarse.


La chica movida por la curiosidad hizo caso omiso de la advertencia del ente y miró, entonces dos puntos rojos salieron de debajo de la cama y comenzaron a perseguirla. Ella corría asustada por la habitación y finalmente se sentó sobre su cama sollozando... en ese momento cada uno de los puntos se pusieron en sus piernas y ella quedó inválida por siempre.

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