Leyenda Hopi

Los indios Hopi pertenecen al grupo de antiguos habitantes de la meseta central de los Estados Unidos y su leyenda cuenta que la historia de la Humanidad está dividida en períodos que ellos denominan "mundos".

Sus costumbres y tradiciones se adentran en lo más profundo de la prehistoria, pero no en su actual emplazamiento, sino en un lejano territorio que los Hopi llamaban "Kasskara", y que fue víctima de guerras y cataclismos que apunto estuvieron de exterminar a toda su raza.

De acuerdo con la tradición Hopi, la historia de la Humanidad está dividida en períodos que ellos denominan "mundos", los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales: el primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo por el hielo y el tercero por el agua. Nuestro actual mundo, que es el cuarto según sus profecias, está tocando a su fin, y dará paso a un nuevo mundo en un futuro no muy lejano. En total, la Humanidad deberá recorrer siete periodos.

Los indios Hopi afirman que sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas que se desplazaban en escudos volantes o pajaros tronantes, y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores eran los "katchinas", que significa "sabios, ilustres y respetados".

Los katchina lograron poner a salvo a su pueblo de uno de estos cataclismos, y de ellos aprendieron a observar las estrellas, cortar raíces, aplicar leyes y una larga lista más de actividades. Se multiplicaron como pueblo, y de ellos surgieron nuevos clanes y naciones que se extendieron por toda América.

Los katchinas ayudaron a los elejidos a trasladarse a nuevas tierras. Este hecho marcó el fin del tercer mundo y el comienzo del cuarto. La población, de acuerdo con el recuerdo tradicional de los hopi, llegó a la nueva tierra por caminos diferentes: los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí por aire, a bordo de los escudos de los katchinas. El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas.

Es preciso aclarar que, desde el primer mundo, los humanos estaban en contacto con los katchinas. Se trataba de seres visibles, de apariencia humana, que nunca fueron tomados por dioses sino solamente como seres de conocimientos y potencial superiores a los del ser humano.

Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades gigantescas, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estod desplazamientos unos artefactos voladores que recibían diversos nombres.

Un día los katchinas les dejaron, regresaron a las estrellas y los pueblos olvidaron las enseñanzas de sus maestros. Los Hopi como fieles seguidores de las tradiciones de sus antedecesores, continúan esperando el regreso de sus maestros para cuando termine el mundo actual

A la espera de este ansiado regreso, los Hopi han venido fabricando rigurosamente con el mismo diseño generación tras generación, unas máscaras y muñecos que al igual que sus maestros llaman katchinas. Estos muñecos portan extrañas indumentarias y cascos, así como reprersentaciones de animales con una fuerte connotación simbólica, para resaltar el carácter individual de los verdaderos katchinas o maestros a quienes representan.

También estos muñecos son la forma idónea de que los niños jueguen, no se asusten y reconozcan a los katchina cuandos estos regresen de nuevo.

Según los Hopi, las primeras señales proféticas para que esto suceda ya están apareciendo.

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